Ni el cambio horario, ni la llegada anticipada de la noche, ni un poco más de fresco. Nada ha impedido que los residentes y visitantes se hayan lanzado a recorrer la ciudad. Madrid se ha llenado este domingo y lo viene haciendo a lo largo del fin de semana.
Es el puente de Todos los Santos y el de las fiestas de Halloween. En las calles, abarrotadas, gentes de todas las edades pasean, asustan y son asustados, van y vienen con bolsas y maletas. Entran y salen de comercios, establecimientos y museos.
Es turismo de compras y cultural, de tapas y de mesa y mantel. Y también de los madrileños que apuran la bonanza de esta parte del otoño para seguir disfrutando y redescubriendo su ciudad.