La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha autorizado este jueves el nuevo pliego del servicio de inspección, evaluación y actuación en el arbolado de riesgo de Madrid (Server), que contará hasta 2028 con un presupuesto de 33,8 millones de euros, un 10,4% más, y suma también nuevos ejemplares arbóreos que inspeccionar.
Este servicio, “pionero” en el control del riesgo del arbolado para minimizar el riesgo de caídas ejemplares, arrancó en 2018 con el objetivo de cuidar 350.000 árboles de la ciudad, los más “maduros” y “viejos” de Madrid, y ahora sumará a sus labores la supervisión de 3.528 árboles de zonas interbloques y de 16.877 árboles del parque del Retiro, lo que supone prácticamente la totalidad de la masa de esta zona verde.
El delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante, ha explicado en rueda de prensa que, hasta ahora, estos árboles del Retiro “estaban siendo mantenidos”, “vigilados” y “auditados” por la empresa conservadora del parque, y ha subrayado que, incorporándolos al Server, el Ayuntamiento da “un paso más en ese control”.
Sumando los árboles de los espacios interbloques, el Server controlará “370.000 árboles”, ha incidido Carabante, añadiendo que también “se incrementan los recursos materiales” y los recursos humanos, pasando de 16 a 27 jardineros.
“Lo más relevante de todo es que incorporamos diez técnicos titulados, es decir, especialista en materia de conservación y, sobre todo, de minimización del riesgo del arbolado”, ha añadido el delegado sobre el pliego autorizado este jueves para el periodo 2024-2028 con un presupuesto que asciende a 33,8 millones de euros.
Se distribuirá en cuatro anualidades, y supondrá un 10,4 % más que el anterior (30.673.514 euros).
Entre las finalidades del contrato destaca la puesta en marcha de inspecciones continuas, la ejecución de acciones para reducir el riesgo del arbolado, el registro de los incidentes en los árboles por parte de los servicios de emergencia o impartir actividades formativas para la divulgación sobre el conocimiento del árbol.
Todos los ejemplares controlados por el Server se clasifican en dos categorías que determinarán la frecuencia de revisión y el tipo de inspección a efectuar y que se establecen en función de las características de cada árbol, su ubicación, la especie, el tamaño, el estado o los defectos.
Así, se da la existencia de árboles maduros y viejos y árboles adultos, jóvenes y no consolidados.
En relación con los árboles maduros y viejos, el contrato establece una subclasificación para su tratamiento en función de si tienen mayor o menor probabilidad de constituir una incidencia.
Para los que pueden entrañar más riesgo se realizará, al menos, una inspección anual que recoge más parámetros de medición que una inspección básica. Y para los de menor probabilidad de incidencia, se realizará una inspección cada dos años.
Estas evaluaciones servirán para analizar la evolución de los defectos detectados en anteriores inspecciones, evaluar la mecánica y las cargas del árbol, identificar posibles fallos y proponer acciones para el control de su estructura y la minimización de riesgos.