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El Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) ha conseguido a través de distintas investigaciones mejorar siete variedades de garbanzos de la región, lo que ha permitido obtener plantas de mayor rendimiento y mayor resistencia a las enfermedades.

El viceconsejero de Medio ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Pablo Altozano, ha comprobado las labores de recolección de la cosecha de garbanzos de este año en la Finca La Chimenea del IMIDRA.

De las aproximadamente 40 variedades de garbanzo que se cultivan en la actualidad en España, el IMIDRA ha participado en la mejora de siete variedades tradicionales de la clase "Pedrosillano", denominadas Alcazaba, Amparo, Eulalia, Pilar, Amelia, Elvira e Inmaculada.

Fruto de estos trabajos se han conseguido plantas de garbanzos de las que se obtienen dos semillas por vaina, lo que permite multiplicar la variedad y rentabilidad de los cultivos. Además todas estas variedades son tolerantes al hongo de "la rabia" la principal enfermedad que limita el cultivo de esta leguminosa.

Actualmente, el IMIDRA está trabajando en el desarrollo de otras siete variedades que aún no están registradas y que presentan un calibre superior a las ya mencionadas, además de una alta producción y una resistencia aún mayor a la "rabia" y a otras enfermedades propias de la planta, como el Fusarium.

A estas investigaciones se unen otros trabajos como la caracterización del garbanzo procedente de Brunete y Navalcarnero, que también se cultiva en la finca, o la reciente recuperación de 18 variedades de judías de la Sierra Norte, que contribuyen a mejorar la competitividad de los agricultores de la región. Estos trabajos tienen un componente solidario, ya que el IMIDRA dona los aproximadamente 800 kilos de garbanzos que produce anualmente a los Bancos de Alimentos de la región.