El río Manzanares inicia su renaturalización tras el desembalse de la presa 9
Justo dos semanas después de que el Ayuntamiento abriera la presa 9 del río Manzanares ya se empiezan a ver los efectos. De manera muy rápida. Ya han llegado las aves acuáticas, crece la vegetación y los ecologistas ya consideran al río un corredor ecológico que une el Pardo con el Parque Regional del Sureste
La parte más recuperada es la del puente de Arganzuela. 500 metros del río Manzananares hasta la presa ocho donde el agua corre limpia dejando ver el lecho arenoso. Es la mejor señal, según Ecologistas en Acción, de la renaturalización del tramo que se desembalso hace 15 días.
Las altas temperatuas del mes de agosto han permitido que la vegetación de las islas fluviales crezca muy rapidamente. Entre las cañas y eneas las aves pueden hacer sus nidos y además buscar comida, como las garcetas que se alimentnan de peces.
Aguas abajo hacia la presa 9 la regeneración medioambiental va a un ritmo más lento. Aún así, las isletas también empiezan a verdear. También las orillas del embarcadero donde antes se practicaba remo y que algunos madrileños echan de menos.
Con el desembalsado de 1800 metros del río, el Manzanares, dicen los ecoligistas, se ha convertido en un corredor ecológico que une el monte del Pardo con el parque regional del Sureste.
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