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Metro de Madrid invertirá un total de 140 millones de euros para la eliminación del amianto en toda la red, tanto en el material móvil como en estaciones y otras instalaciones, según fuentes de la compañía. En concreto, los trenes del suburbano estarán libres de amianto a finales de 2019, tras la inversión de 5 millones de euros.

Así está previsto en el calendario y plan de inversiones que la dirección de Metro de Madrid ha presentado hoy a los sindicatos en la comisión constituida la semana pasada para llevar a cabo de forma inmediata la retirada de este material en la red del suburbano.

De forma paralela a la retirada del amianto de los trenes, Metro desarrollará las acciones necesarias para eliminar este material en los elementos aislantes de veintiún subestaciones eléctricas, para lo que invertirá 1 millón de euros en 2018 y 2019. Desde 2019 y hasta 2021, se retirará el amianto en veinte estaciones, en el marco del Plan de Modernización de estaciones que Metro de Madrid tiene en marcha, para lo que invertirá 64 millones de euros.

Este material ya se ha retirado en tres estaciones, Torre Arias, Canillejas y Suanzes, que se han renovado recientemente dentro de este plan. Así, en 2021, Metro habrá acabado con el amianto en todos los trenes y en casi el 40 por ciento de las estaciones donde lo tiene detectado (53). En total, Metro habrá ejecutado el 53 por ciento del plan en 2021.

Una vez finalizado el Plan de Modernización de estaciones, se retirará este material en otras ocho donde está detectado, lo que requerirá una inversión de 27 millones de euros, un trabajo que se iniciará en 2022 y finalizará en 2024. Además, la compañía reservará una inversión adicional de 31 millones para eliminar el amianto que quede en la red y que supone la retirada de este material en otras veinticinco estaciones, desde 2023 hasta 2025.

En este mismo periodo, se eliminará de los elementos constructivos de las veintiún subestaciones eléctricas por 1,5 millones de euros, así como en el resto de las dependencias y depósitos, para lo que se destinarán 7 millones de euros.

Metro destinará otros 4 millones de euros para contratar una asistencia técnica para la inspección, detección, realización de ensayos y certificación posterior para el plan de desamiantado en instalaciones (estaciones y cuartos técnicos). La empresa subraya que la presencia de amianto no supone "ningún riesgo para la salud" ni para los 2,3 millones viajeros que utilizan Metro de Madrid al día, ni para los trabajadores encargados de las tareas de mantenimiento, ni para los conductores que no están en contacto "en ningún caso" con piezas que contengan este material. "La presencia de amianto por sí misma no supone ningún riesgo ni para los usuarios ni para los trabajadores porque no supone exposición a fibras, ya que éstas solo pueden llegar a producirse en caso de manipulación del material", precisa la compañía.

La dirección de Metro ha reforzado la información a los trabajadores, para lo que ha elaborado un mapa (inventario) donde están localizados todos los puntos en los que se ha localizado este material. También se ha elaborado un protocolo para formar a los trabajadores sobre la presencia de amianto y cómo actuar.

Asimismo, se han intensificado las actuaciones para prevenir los riesgos frente a la presencia de amianto mediante la identificación, registro y señalización de estos elementos, mientras que se procede a su retirada definitiva. De este modo, se pretende que ningún trabajador propio o de empresas contratistas pueda tener ningún problema.

La dirección de Metro y la mayoría del comité de empresa -cuatro de los seis sindicatos con representación en este órgano- constituyeron el pasado 16 de marzo una comisión de seguimiento de la estrategia de acción para la eliminación del amianto en el suburbano. Esta comisión será la encargada de seguir y verificar periódicamente el grado de ejecución del plan de desamiantado en toda la red del Metro.