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Miles de personas se han concetrado este sábado por la tarde en la puerta del Sol en una protesta portagonizada por el colectivo LGTB de Madrid.

Están hartos de agresiones homófobas. Ocho esta semana. 64 en los pocos meses que llevamos de 2016. Algunas de ellas extremadamente violentas.

Reclaman un plan de choque integral para evitar los delitos de odio. Los políticos también se han sumado a esta concentración.

Entre esas agresiones se encuentra el ataque a dos chicos gais en Sol el pasado 22 de abril al grito de "maricones".

Según expone el colectivo, los dos agredidos (de 27 y 24 años respectivamente) presentan fracturas faciales, diversas contusiones y crisis de ansiedad a causa de lo ocurrido.

Otra de las agresiones recientes ha ocurrido el pasado miércoles en Vallecas, cuando un hombre de 34 años recibió en su barrio patadas y puñetazos por parte otro hombre que le insultó al grito de "maricón, travesti, sidoso, comepollas".

Según informa el colectivo, la víctima de esta agresión está de baja laboral a causa de lo ocurrido. Mientras, expone que el agresor, aparte de los golpes y los insultos, le amenazó también con ataques futuros.

Por distritos, la asociación ha indicado que en la capital más del 50 por ciento de los ataques suceden en el distrito Centro, mientras que el segundo con mayor tasa de agresiones es Moncloa.

SOLO 12 AGRESIONES HOMÓFOBAS HAN LLEGADO HASTA LA POLICÍA

En lo que va de año, solo doce agresiones homófobas han llegado hasta la Policía, que anima a denunciar estos casos, ya que la cifra de denuncias que finalmente se presentan en comisaría contrasta con los 64 ataques de este tipo contabilizados por el observatorio madrileño contra la LGTBobia.

Fuentes policiales indican a Efe que la última denuncia fue presentada la semana pasada, cuando dos jóvenes homosexuales fueron agredidos en la Puerta del Sol. Uno de sus tres atacantes fue detenido instantes después de que un viandante avisara a la Policía.

Desde el observatorio y la asociación que coordina todas sus acciones, Arcópolis, explican que el último hecho se produjo hace tan solo tres días, el pasado jueves, cuando unos jóvenes fueron expulsados de un bar del distrito centro después de besarse en la boca.

Veinticuatro horas antes, otro joven gay fue agredido a plena luz del día en el distrito de Vallecas en su barrio con patadas y puñetazos mientras el agresor le llamaba "maricón, travesti, sidoso y comepollas".

Ataques contra los que esta misma tarde se gritará "basta" en la Puerta del Sol, en un concentración convocada a las seis de la tarde por el observatorio, con el objetivo de visibilizar la indignación social y solicitar una mayor implicación a las instituciones madrileñas en la lucha contra esta lacra.

Pero, ¿han incrementado estos sucesos?. Rubén López, vocal de delitos de odio de Arcópoli no tiene dudas. "Por supuesto que sí. Claro que existe un repunte", dice a Efe antes de detallar que es a partir de 2013, con seis agresiones, cuando comienzan a aumentar estos hechos y que solo en los primeros cuatro meses de este año superan las 60 agresiones, una cada dos días.

Frente a esta impresión, las fuentes policiales consultadas no creen que en las calles de Madrid haya aumentado la homofobia. De hecho, los investigadores concluyen que, en muchas ocasiones, el motivo de la agresión no está relacionada con la orientación sexual de la víctima.

Con todo, la Policía anima a denunciar cualquier hecho, algo en lo que trabaja Arcópolis, que sostiene que este aumento -contabilizan desde un insulto o un escupitajo a una agresión física o la expulsión de un local por el hecho de ser homosexual- se debe a que el colectivo gay joven es más espontáneo que el de hace años y no tiene reparos en mostrarse tal y como es en la calle.

El perfil de la víctima es precisamente ese: hombre menor de 30 años que tiene problemas una vez se aleja del barrio de Chueca, su "zona de protección", especialmente los fines de semana y ya de madrugada.

Y este retrato explica, en parte, por qué no se denuncia. "Que nadie se engañe. Hay mucha gente que sigue estando en el armario. Jóvenes que viven con sus padres y tienen miedo de que llegue una notificación a casa".

No es la única traba, en palabras de Rubén López. También a día de hoy, dice, "sigue existiendo la vergüenza de revelar a un hombre uniformado de policía que te han pegado por ser maricón", sin olvidar, añade, que cuando uno es víctima de una agresión no se lo cuenta a casi nadie, "lo único que quiere es olvidarlo".

Arcópolis lucha para concienciar en la necesidad de denunciar cualquier "incidencia homofóbica" y ha dado pasos para invertir esta tendencia con el apoyo de la Policía -tiene designado a José Ramón Murillo como el comisario interlocutor con los colectivos LGTB- y las instituciones.

Es el caso de la Delegación del Gobierno, que anunció relanzar una campaña de sensibilización y ha reafirmado en repetidas ocasiones su compromiso y el de las fuerzas de seguridad para combatir estos hechos.

También el Colegio de Abogados de Madrid y el Ayuntamiento de la capital han mostrado su disposición a ayudar a estas víctimas con abogados especializados en delitos de odio que ofrecen orientación y asistencia jurídica para la defensa de sus derechos y, si lo necesitan, se les facilitará el acceso a la Justicia Gratuita.