Una placa en la casa en la que vivió Antonio Mingote (1919-2012) a pocos pasos de su querido Retiro --fue alcalde honorario del parque-- recuerda desde este lunes la "bondad" del dibujante, como ha destacado la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
Lo ha hecho durante un acto en el que ha estado acompañada por su viuda, Isabel, y por muchos de sus amigos, como Luis María Ansón, Alfonso Ussía, Gallego y Rey o José María Alvarez del Manzano. La placa se coloca dentro del Plan Memoria de la Ciudad de Madrid, con el que el Ayuntamiento rinde homenaje a sus vecinos "más ilustres y queridos".
Botella no ha olvidado hacer un recorrido por la trayectoria vital y profesional de Mingote: ilustrador de La Codorniz y de ABC durante 60 años, académico, escritor, pensador, periodista, Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid en 1995, Medalla de Oro de la Comunidad en 2010 y, lo más importante, "ser humano bondadoso". De Madrid decía que era "como esa mujer no demasiado guapa, pero sin la cual no se puede vivir".
Este madrileño de adopción y de vocación, ha destacado la primera edil, "nunca dijo adiós a Madrid". "Su recuerdo vive entre nosotros, con su memoria y su obra. Y su recuerdo será siempre imborrable para Madrid y los madrileños", ha afirmado.
Algunos de sus más de 100.000 dibujos siguen presentes en la ciudad, como en las placas de los más de 60 establecimientos centenarios de la ciudad, los trampantojos del edificio de la calle de la Sal esquina con Postas, donde los personajes de Fortunata y Jacinta saludan al paseante, o los dinteles de la calle del Duque de Osuna, 8, pinturas que en 2007 fueron incluidas en el Catálogo de Monumentos y Elementos Urbanos. Todos ellos conforman "un museo al aire libre.
"Madrid fue en su vida como el rellano de la escalera donde se paraba a reflexionar, a observar. Y también a pensar soluciones para la ciudad, sobre todo en el tráfico y en el medio ambiente, que tanto preocupaban a su alma de peatón impenitente", ha subrayado Botella.
Pero, sin duda, el discurso más emotivo ha sido el de la viuda de Mingote, Isabel, que ha confesado que sigue hablando con él y que ha dejado muchas cosas en su domicilio común como las dejó. Es el caso de la mesilla de noche o incluso el mensaje en el contestador del teléfono.
También ha dado las gracias por el cariño que los madrileños sienten por su marido. Así, ha recordado una anécdota ocurrida hace unos pocos días, cuando un taxista no dudó en enseñarle una entrevista radiofónica que le habían hecho a Mingote y que conservaba en su teléfono móvil.