Música de hortalizas por los 100 años del Mercado de San Miguel

Un puerro hecho violín, apios convertidos en guitarras o pimientos que son trombones son algunas de las hortalizas que, transformadas en instrumentos, han sonado en el concierto que la Orquesta de Vegetales de Viena ha dado en el Mercado de San Miguel para conmemorar su centenario.

"Un grupo de amigos decidimos crear la orquesta, en principio para un concierto...", comenta Sandra Walkenhofer, encargada del grupo, que recuerda que llevan quince años recorriendo el mundo y actuando en escenarios tan emblemáticos como el Royal Albert Hall de Londres.

Las calabazas, coles, zanahorias, berenjenas o nabos que la Orquesta de Vegetales de Viena convierte en instrumentos son siempre frescos, por lo que tienen que crearlos en cada ocasión.

"Cada actuación es un desafío, un gran reto y al mismo tiempo bonito", advierte Walkenhofer, que explica que deben ceñirse a las hortalizas que encuentran en los mercados de las ciudades en las que actúan.

INSTRUMENTOS MUY "FRESCOS"

Instrumentos "siempre frescos" que han ido desarrollando a lo largo de los años y cuyos sonidos mezclan con ritmos electrónicos los trece integrantes de la orquesta, que recuerdan que son amigos y que ninguno de ellos sobresale por encima del resto.

Repiten que no son veganos, ni vegetarianos y que en ocasiones, tras el concierto, obsequian al público con una sopa hecha de las hortalizas sobrantes tras fabricar los instrumentos.

El Mercado de San Miguel celebra de este modo su centenario, en el único acto previsto para tal conmemoración, ya que, según la administradora de la plaza, Begoña Ubierna, "provocar cambios en el horario o reducir el tránsito incomoda a nuestros clientes".

Las obras de construcción del mercado madrileño comenzaron en 1913, bajo la dirección del arquitecto Alfonso Dubí, y es el único de la ciudad que conserva la estructura de hierro, después de que se modificase la estructura original del de La Cebada y Los Mostenses.

"Nuestro reto hoy es mantener el interés que el público ha tenido en el mercado en estos años", señala Ubierna, quien asegura que tratan de hacer muchas actividades para contrarrestar la crisis.

Declarado bien de interés cultural en la categoría de monumentos, se transformó en 2003, ampliando la oferta gastronómica con degustaciones, lo que atrae a numerosos turistas, según Ubierna. "Cada semana recibe 75.000 visitantes, de los que un 40% son turistas extranjeros".