Madrid Nuevo Norte y sus 26 años de vaivenes urbanísticos
José Luis Martínez-Almeida, el reciente nombrado alcalde de Madrid, ha informado de que la Operación Chamartín, ahora conocida como Madrid Nuevo Norte, se aprobará en el próximo pleno municipal, el 25 de julio, lo que supone acabar con 26 años de incertidumbre y de aplazamientos del conocido proyecto.
Al tratarse de un plan urbanístico que en su redacción actual es obra del acuerdo alcanzado entre la exalcaldesa Manuela Carmena, el Ministerio de Fomento y la promotora privada, Distrito Castellana Norte, el gobierno municipal de PP y Ciudadanos espera unanimidad para su desbloqueo.
Detrás del proyecto, dos décadas con administraciones de todos los colores, reclamaciones judiciales y marchas atrás sobre un plan que afecta a tres millones de metros cuadrados al norte de la capital, en el entorno de la estación y de las vías ferroviarias de Chamartín y Fuencarral, y que implica la construcción de 10.500 viviendas, un gran centro de negocios con una torre de 70 alturas y la reforma de la estación de Chamartín.
Un proyecto que nace en 1993
La Operación Chamartín nace en 1993 cuando Renfe, por aquel entonces dependiente de un Gobierno del PSOE, concedió a un consorcio privado del banco Argentaria los terrenos del recinto ferroviario. De esta promotora también formaba parte la Constructora San José, que fue bautizada como Duch (Desarrollo Urbanístico de Chamartín) y que es la actual Distrito Castellana Norte.
En 1997, por primera vez aparece la Operación Chamartín en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), bajo el concepto de "Prolongación de la Castellana e integración de las áreas ferroviarias de Chamartín y Fuencarral".
En 2002, nueve años después de su nacimiento, el plan se transforma, para, más tarde, en 2008, avanzar hasta el punto más lejano en el que ha estado la operación: se firmó el convenio de gestión y ejecución con Magdalena Álvarez como ministra de Fomento y Alberto Ruiz-Gallardón ocupando la Alcaldía de Madrid.
También se aprobó, en 2011, un plan parcial, el último trámite administrativo, y se llegaron a establecer las Juntas de Compensación, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid anuló el proyecto en 2013 por contravenir las alturas permitidas.
Reformulación del plan de Ana Botella
La Operación Chamartín volvió entonces a la casilla de salida y se tuvo que empezar, prácticamente de cero. Aparece bajo el nombre de Distrito Castellana Norte, que preveía 17.000 viviendas y llegó a ser aprobado de forma inicial en 2015 por el Ejecutivo de Ana Botella (PP), pero la regidora terminó su mandato sin llevarlo al Pleno para su votación.
Botella tenía enfrente a PSOE, Izquierda Unida y UPyD, pero no necesitaba sus votos porque los 'populares' contaban con mayoría absoluta.
Carmena llega a un acuerdo y redacta el texto definitivo
En el año 2016, el Ayuntamiento de la capital cambió de color político por primera vez desde 1993 y el Gobierno de Manuela Carmena anuló lo que consideraba un pelotazo urbanístico, y presentó un nuevo plan, Madrid Puerta Norte.
Este plan pretendía rebajar el área urbanizable y el número de viviendas -de 17.000 a 4.600-, pero fue rechazado tanto por la promotora, como por el Ministerio de Fomento. Por tanto, era turno de que los tres actores implicados comenzaran a negociar.
En abril de 2017 se llegó a un acuerdo, pactando la ejecución de 10.500 viviendas y un millón de metros cuadrados para negocios. Finalmente la operación fue bautizada como Madrid Nuevo Norte, y se aprobó inicialmente en septiembre de 2018.
Carmena no lo llevó a pleno para su votación porque la Comunidad de Madrid dio su visto bueno tres días antes de las elecciones y además pidió retoques.
Almeida espera aprobar la operación en pleno el 25 de julio
El equipo de José Luis Martínez-Almeida (PP) ha decidido aprobar un texto con el que dice tener discrepancias pero que espera validar con unanimidad. El alcalde confía en que las primeras obras se acometan en el segundo semestre de 2021.
En su larga transformación, la Operación Chamartín no implica ya la prolongación de la Castellana pues ahora es la calle Agustín de Foxá la que estructura el nuevo distrito financiero, prolongándose y conectando con un túnel subterráneo las oficinas. En superficie habrá un bulevar, que en una de sus aceras tendrá negocios y en la otra, viviendas.
De la Castellana sí se soterrará un tramo desde las Cuatro Torres al distrito financiero, a la altura de Begoña. Además, Madrid Nuevo Norte conlleva también la ampliación de la línea 10 de metro, el cubrimiento de parte de las vías ferroviarias y la reforma de la estación
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