Organizaciones ecologistas y científicos advierten del riesgo de desaparición del 'Cabañeros' de Madrid

Este fin de semana organizaciones ambientalistas, naturalistas, investigadores y vecinos de Pozuelo de Alarcón y Madrid se han citado en el denominado Entorno Meaques-Retamares. Un espacio que comparten ambas localidades y que llega incluso hasta Alcorcón.

Se trata de un antiguo terreno de maniobras militares sobre el que la Comunidad de Madrid ha trazado la nueva Cañada Real de Madrid o el Arco Verde. El Ayuntamiento de Madrid valora su inclusión en el Bosque Metropolitano al considerar la conexión de los municipios del sur con la capital a través de este espacio y la Casa de Campo.

Además de las iniciativas de la administración regional este espacio de más de 700 hectáreas se ha convertido en 'aula' de educación ambiental de varios colegios de la capital.

Por ello han decidido reunir a un grupo de expertos y activistas medioambientales este sábado. Pretenden impulsar la protección de este espacio natural. Participan entre otros Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF; el conocido divulgador naturalista Luis Miguel Domínguez; Ernesto Álvarez, presidente del centro de recuperación de fauna salvaje (Grefa); Paco García, biólogo miembro del Grupo de Seguimiento de la Biodiversidad de la Universidad Complutense; Ángel Febrero, naturalista e ilustrador de publicaciones científicas y Carlos de Prada, Premio Global de Naciones Unidas por su labor medioambiental.

Amenazas recientes

Desde hace más de una década los vecinos de este Entorno trabajan en la recuperación forestal, con la plantación de más de 10.000 ejemplares de árboles autóctonos y la colocación de refugios para aves, mamíferos y anfibios.

Ahora esta zona enfrenta varias amenazas, una natural y otra humana. La natural es la aparición de una planta invasora (Ludwigia) en la joya de este espacio natural, la Laguna de Valchico. Hábitat de cormoranes, gallinetas, fochas, anádes, garzas, martinetes y varias especies de tortugas y otros reptiles.

Tanto la Comunidad de Madrid como la Confederación Hidrográfica del Tajo han realizado varias campañas para tratar de eliminar esta planta tropical que acaba colmatando la lámina de agua y desplazando otras especies botánicas y a la fauna existente.

La segunda amenaza, señalan los vecinos, son los vertidos de tierras y escombros que se han multiplicado en las últimas semanas procedentes, señalan, de los vaciados y obras que se realizan al otro lado la M-511. En las proximidades de un club de golf y varias promociones inmobiliarias. El trasiego de camiones y maquinaria pesada convive con el paso de peatones y ciclistas, un riesgo del que ya han dado cuenta.

Los vecinos temen que todos estos vertidos en los retamares sean el preámbulo de la desaparición del paraje, ya que parte de los terrenos son titularidad del Ministerio de Defensa y la Operación Campamento flota sobre la zona. Esgrimen que corren peligro tanto fauna y la flora y autóctona como los proyectos, inversiones y trabajos que la Comunidad y el Ministerio de Medio Ambiente han realizado.

El corredor ecológico Suroeste

El Entorno Meaques, a juicio de las organizaciones ambientalistas, es la pieza maestra de conexión natural desde el río Manzanares de la capital hasta el Parque Regional de la Cuenca del Guadarrama. Es decir, unir la renaturalización del tramo urbano del río con uno de los principales espacios protegidos de la región a través de la Casa de Campo y del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

Ambos, Guadarrama y Manzanares junto con el Lozoya se han convertido en una de las grandes Reservas de la Biosfera de la UNESCO en España.

Ahora, los participantes en este acto, quieren que las administraciones se pongan de acuerdo para preservar este espacio y crear el Corredor del Suroeste, a semejanza de los ya diseñados por la Comunidad de Madrid.

A este respecto la Administración regional ya tienen establecidos criterios sobre este tipo de conexiones para evitar la fragmentación de los espacios y la consiguiente reducción del tamaño del hábitat. Medio Ambiente, señala en su planificación de la red regional de corredores medioambientales que la pérdida de conectividad entre 'nodos' "aumenta las posibilidades de extinción" de las especies al degradarse su hábitat.

No es extraño ver a fotógrafos de la naturaleza tratar de captar ejemplares de meloncillo, gineta, zorro, o erizo. Miembros de la organización SEO/Birlife acuden a contemplar los buitres negros y leonados, el águila imperial, los milanos y azores. Incluso los más preparados tratan de sorprender a las esquivas rapaces nocturnas.

Sobre este enorme retamar se planea ahora un proyecto de compensación de emisiones de carbono de varias empresas con la Fundación Tierra Pura. Ya que, señalan desde el Entorno, "este pastizal de casi 800 hectáreas es un gran fijador de carbono en el que llegan a brotar hasta orquídeas silvestres".