La Audiencia Provincial de Madrid juzgará este martes a siete presuntos miembros de la mafia china que se enfrentan a 15 años de prisión por el secuestro de un menor, de la misma nacionalidad, que se perpetró el 3 de enero de 2009 frente a la tienda que regentaban sus padres en Vallecas (Madrid). En el banquillo de los acusados se sentarán Yichuan D., Shen C., Jianguang C., Jin C., Jin S., Yixing Z., y Guangyu Z. por un delito de detención, lesiones agravadas y tenencia ilícita de armas. Además de la pena de prisión, el fiscal pide que indemnicen al chico con más de 100.000 euros.
El joven fue liberado el 13 de enero de ese año en la localidad toledana de Illescas, donde el grupo había alquilado un piso para llevar a cabo el cautiverio. Durante ese tiempo, el chico estuvo encapuchado y recibió golpes de diversa consideración. Según el fiscal, los procesados decidieron llevar a cabo en enero de 2009 el secuestro de Jianzhi Z. con la finalidad de exigir a su familia por su liberación el pago de 300.000 euros. Así, los acusados emplearon la falsa de identidad de un joven que se identificó como Xiao Yi, de 17 años, para concertar una cita con la víctima.
Así, sobre las 20.08 horas del 3 de enero de 2009, el joven acudió a las proximidades de la biblioteca situada en la calle Rafaela Ibarra, donde había concertado la cita. Cuando estaba esperando, se detuvo una furgoneta y le introdujeron en la misma.
SECUESTRO DEL JOVEN
En la madrugada del 4 de enero de 2009, una ciudadana de nacionalidad china denunció en la Comisaría del distrito de Usera la desaparición de su único hijo. El joven había salido a cenar esa noche y sobre las 23.00 horas la familia recibió dos llamadas telefónicas de un compatriota que, desde el propio teléfono de su hijo, exigía un rescate de 300.000 euros por su liberación.
En ese momento, se activó el protocolo nacional de secuestros, dando conocimiento respectivamente a la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, al Grupo V de Extranjería y Fronteras -especializado en mafias chinas-, y la Sección de Secuestros y Extorsiones de la UDEV Central. Con el apoyo de negociadores y por la investigación conjunta de las tres unidades, los investigadores averiguaron que el adolescente no había quedado con ninguno de sus amigos, sino con una presunta chica a la que había conocido por Internet. Su rastro se perdió en el barrio de Usera sobre las 20.00 horas del 3 de enero.
Tras seguir la pista a los captores, los agentes entablaron una negociación entre los secuestradores y la familia. La cantidad exigida por los delincuentes excedía con mucho de las capacidades económicas de los padres.
FAMILIA, PRESIONADA
A la familia se la sometió durante los días que duró el secuestro a una serie de presiones para conseguir que pagaran el rescate. En dos ocasiones, a través de webcam, los delincuentes les mostraron a su hijo, con los ojos vendados, pidiendo que pagaran el rescate y manifestando estar siendo maltratado e incluso le habían golpeado. Por parte del equipo conjunto, formado por las tres unidades de investigación, se realizaron múltiples identificaciones, seguimientos e incluso se llegó a controlar un intento de pago que resultó fallido.
Con todos los datos obtenidos, los agentes establecieron una conexión entre los autores del presente secuestro con otro ocurrido a principios de octubre de 2008. En esa ocasión se apoderaron de un niño de corta edad que también fue liberado con éxito por la Policía Nacional y se detuvo a parte de la banda de secuestradores, mientras que al menos dos de ellos se habían dado a la fuga.