La Asociación de Vecinos de Palomeras Bajas, en Vallecas, en los años 60 | VALLECAS TODO CULTURA
(Actualizado

La historia de los barrios y distritos de Madrid, la de su nacimiento, evolución y consolidación, está unida a la de miles de personas. La mayoría anónimas que con su trabajo y compromiso han dado forma a toda una ciudad.

Pero a veces, de entre ese anonimato, sobresalen nombres que se han significado en esa construcción colectiva. Por su constancia y los logros obtenidos. Es el caso, por ejemplo, de José Molina Blázquez. Pero mejor llamarle como le conoce casi todo el mundo en Vallecas, Pepe Molina.

Pepe Molina en el Centro Cultural Paco Rabal | FRAVM

Se acaba de presentar su libro, 'Vallecas en lucha', que resume 30 años de acción vecinal, iniciativas populares y de algunos de los momentos que fueron transcendentales para la transformación de Vallecas.

Calles repletas de barro, sin asfalto ni aceras, sin agua corriente, sólo en algunas fuentes. Así cuenta Molina a Telemadrid.es su primera visión de Vallecas en 1968. "La gente se alumbraba con lámparas de carburo que olían fatal, no había colegios, sólo algunas academias en pisos, no había centros de salud ni alcantarillado", recuerda.

Una de las primeras asambleas vecinales en Vallecas | VALLECAS TODO CULTURA

"La gente -continúa Molina- vivía en casas bajas hechas en una noche para evitar que se las derribaran, el suelo costaba unas 12 pesetas el metro cuadrado". Así surgió el embrión de Vallecas. Unas 12.000 viviendas precarias y en su mayoría habitadas por familias llegadas de Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha.

Vallecas estaba en las afueras pero cada vez crecía más y lo hacía hacia el centro. Y eso atrajo a muchos especuladores que vieron en ese suelo barato una gran oportunidad de negocio, cuenta este dirigente vecinal. Se trató de expulsar de su barrio a los vallecanos a los que se consideraba "una población extraña difícil de erradicar".

Nace el asociacionismo vecinal

A raíz de esos movimientos inmobiliarios el barrio decide unirse y se funda la primera asociación vecinal de España. La Asociación de Palomeras Bajas. A partir de ese momento y con diversas acciones (concentraciones, manifestaciones, cadenas humanas, escritos, entrevistas, etc) se plantea la remodelación de Vallecas.

Cadena humana para reclamar la prolongación de la línea 1 de metro | VALLECAS TODO CULTURA

Rememora en especial la cadena humana bajo la lluvia de miles de personas que unió Villa de Vallecas con Puente de Vallecas para reclamar la ampliación del metro.

“Había en aquellos líderes surgidos de la clase obrera una convicción y una dignidad que eran un auténtico escudo contra el miedo”

Molina dice haber negociado con 8 ministros distintos los planes para ese nuevo Vallecas con centros de salud, colegios, gas o líneas telefónicas. Hasta llegaron a dirigirse a las Cortes durante la dictadura.

La remodelación no concluyó hasta mediados de los años 80, pero la acción vecinal siguió para conseguir parques, otros la modificación de la M-40 o el Plan 18.000 (de los 18.000 millones de pesetas de inversión que se logró para la Villa y Puente de Vallecas).

Un ejemplo para el país

Pepe Molina, actual presidente de la Asociación Vecinal de Palomeras Sureste, cree que mucho de lo peleado y conseguido en Vallecas ha tenido un reflejo importante en las asociaciones y colectivos sociales de todo el país.

En palabras de Luis R. Aizpeolea, uno de los prologuistas del libro, “había en aquellos líderes surgidos de la clase obrera una convicción y una dignidad que eran un auténtico escudo contra el miedo”.

Vecinos y vecinas de Vallecas, hacia 1960 | VALLECAS TODO CULTURA

En palabras del propio Pepe Molina, el libro “es un ejercicio de recuperación de la memoria histórica, de reconocimiento del papel protagonista de las asociaciones de vecinos y de los cientos de mujeres y hombres que dieron lo mejor de sí en beneficio de los demás”.