Pinto, ciudad histórica del chocolate

  • La localidad se vuelca cada año con una tradición que la sitúa doblemente en el mapa de España
Umbiculus, el ombligo de Pinto
Umbiculus, el ombligo de Pinto |Archivo

La historia de Pinto, al menos la parte más dulce, está ligada a la familia Méric. Jaime y Edmundo Méric, padre e hijo, franceses de Perpiñán, fundaron la fábrica de chocolate 'La Compañía Colonial' que comenzó su producción en la localidad en agosto de 1866. Antes habían tenido otra sede en la Calle Mayor de Madrid.

El chocolate de la familia Méric no sólo trajo un producto, una fábrica y trabajo a la ciudad. Con su patrocinio se realizaron mejoras en buena parte de Pinto, en sus calles, en los colegios y otros edificios, jardines o el alumbrado público.

La localidad reconoció a los Méric. A Jaime con una escultura y Edmundo fue 'bautizado' como hijo adoptivo de Pinto. Ambos tienen, además, su plaza y su calle en la localidad.

El primer hotel dedicado al chocolate está en Pinto
El primer hotel dedicado al chocolate está en Pinto
El primer hotel dedicado al chocolate está en Pinto

El primer hotel dedicado al chocolate está en Pinto

DE LA COLONIAL A EUREKA

En 1961 'La Colonial' dejó de existir y pasó a manos de un grupo de empresarios españoles para llamarse Eureka, formalmente el nombre fue Chocolates La Colonial de Eureka S.A.

En 2022 la fábrica se subastó por dos millones de euros, siendo su nuevo propietario la sociedad Borrás Cacao S.A.

Cada año, a finales de septiembre, Pinto celebra el Día Internacional del Chocolate en la Plaza de la Constitución. El municipio retrocede al siglo XIX para recrear su pasado chocolatero, una tradición que hoy continúa y que ha hecho a Pinto ser reconocida como Ciudad Histórica del Chocolate.

Pinto recibe en Chocomad un 'Goya' de chocolate por su tradición chocolatera
Pinto recibe en Chocomad un 'Goya' de chocolate por su tradición chocolatera
Pinto recibe en Chocomad un 'Goya' de chocolate por su tradición chocolatera

Pinto recibe en Chocomad un 'Goya' de chocolate por su tradición chocolatera

No en vano, la localidad que se considera centro geográfico de la Península Ibérica tiene hasta su propio postre: el ombligo de chocolate.