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Plácido Domingo vuelve al Teatro Real, esta vez con "Iphigenie en Tauride", de Gluck, "una obra única que sorprenderá al público" pero con la que, dice modesto, no cree que repita los 16 minutos de ovación que logró con "Simon Boccanegra".

El público, tanto en el estreno como en la última de las funciones, "se desató" el pasado mes de julio ante el debut en el Real del tenor madrileño como barítono, con la ovación más prolongada que se recuerda en ese coliseo, una experiencia que ha recordado hoy ante las preguntas de los periodistas poco antes de cantar en el ensayo general. "No se me puede olvidar. Son muchas las emociones que viví con un público que siempre ha sido en Madrid muy cariñoso, pero es que Boccanegra se presta muchísimo a llegarle a la gente. Reaccionaron de una manera única. No creo que esto se pueda volver a repetir, me parece imposible", ha subrayado humilde.

"Iphigenie en Tauride", que se estrena el día 13 con Susan Graham y Paul Groves en el primer reparto, es, afirma, "muy diferente" del título de Verdi, porque es una obra del barroco, "de una gran belleza melódica", con grandes paralelismos con Haendel y Mozart, y, en definitiva, ha bromeado, "un lío mitológico extraordinario, una tragedia griega al máximo".

Es "nueva" para él porque la cantó por primera vez, también con Graham y Groves, en el Metropolitan hace tres años -donde volverán los tres a interpretarla una vez que terminen en Madrid- y asegura que el director de escena, Robert Carsen, ha hecho "un trabajo extraordinario".

Después de haber superado el año pasado un cáncer de colon, llevar medio siglo de carrera, con más de 3.500 funciones a la espalda, y a sólo unos días -el 21- de cumplir 70 años, Domingo asegura que lo que le da la energía que exhibe es "la pasión" por lo que hace. Nunca le da pereza ir al teatro, llega siempre antes a los ensayos y se queda después porque su vida es esa. No en vano, precisa, cuando él nació, "a diez minutos del Real, en la calle Ibiza", su madre estaba cantando.

Tratará de "hacerlo lo mejor posible" hasta que él mismo sea su "propio juez" y diga "basta", aunque, por el momento -advierte- se encuentra "muy bien", "con un gran entusiasmo", haciendo en los últimos meses "un trabajo increíble, haciendo cosas nuevas, dirigiendo, cantando...".

Está en pleno "romance" con el público, "en comunión con él", y el secreto, desvela, está en "la entrega" con la que sale al escenario para intentar que el público sea feliz y que no piense en ese momento "en nada más"."Espero que esa relación fantástica dure aún lo que tenga que durar y luego a vivir del recuerdo, pero siempre en el teatro, como cantante, como director de orquesta, del teatro, porque no concibo la vida sin estar en él", ha añadido el tenor, que no quiere saber nada del concierto homenaje con el que el Real celebrará su 70 cumpleaños. "Prefiero llevarme la sorpresa, pero seguro que será un día muy emocionante", barrunta.