En el barrio de Lucero, los vecinos viven una tensa calma. El apuñalamiento a uno de sus vecinos ha encendido todas las alarmas y ha puesto de manifiesto la difícil convivencia que hay en sus calles. Los familiaries del herido, que se debate ahora entre la vida y la muerte, acusan a una familia gitana de imponer la ley del terror en el barrio. La Policía vigila la zona para evitar posibles represalias.
En la calle San Canuto y sus alredores impera hoy la ley del silencio. Muchos vieron lo que ocurrió ayer, pero pocos se atreven a hablar.
Alrededor de las 13.30 horas varias personas se vieron envueltas en una pelea, si bien solamente una sola resultó herida. Recibió dos puñaladas, una leve en el brazo izquierdo y otra grave y penetrante en el hemitórax izquierdo, además de romperse la mandíbula debido a un fuerte golpe, por lo que fue trasladado por el SAMUR al Hospital 12 de Octubre, donde ingresó con pronóstico grave.
Gema, la hermana de Juan Carlos, la víctima, considera que los culpables de son los Ortega Gavarre, una familia de etnia gitana a la que hacía meses la víctima había denunciado después de que estos robaran a su abuelo. Según su testimonio, ayer le dieron un ultimátum a su hermano para que retirara la denuncia y este se negó.
Luego se produjo la pelea. "Le sacaron del coche y le pegaron una paliza. Le han pisadio la cabeza, le han partido la mandibula. está con respiración asistida. Imeginense la paliza que le han dado estos sinverguenzas entre nueve personas y con cuchillos", afirmaba Gema tras visitarle en el Hospital 12 de Octubre, donde se encuentra internado.
Gema recuerda que no es la primera vez los agresores se las han tenido que ver con la Justicia y asegura que espera que esta vez la Justicia actue. "Todo el mundo en el barrio les tiene miedo y nadie habla de ellos por miedo" asegura Gema y son muchos los que reconocen que hay inseguridad en el barrio.