Luz verde para buscar los restos de Adriana, la mujer argentina de 55 años que murió a manos de su casero, en el vertedero de Pinto. El Juez ha autorizado a la Guardia Civil a rastrear entre más de 20.000 toneladas de residuos para intentar localizar el cadáver de la víctima del descuartizador de Majadahonda. Será una operación complicada y cara. Todo el operativo costará cerca de 800.000 euros.
Los agentes acotaron hace semanas parte del vertedero donde podrían estar los restos de Adriana, pero necesitaban autorización para buscar en los deshechos. Bruno, así se llama el conocido ya como descuartizador de Majadahonda pudo triturar los restos de su víctima en una picadora industrial, los introdujo en bolsas de basura y los tiró.
Pero no es este el único caso que la Policía investiga. En esa trituradora aparecieron también restos de ADN de su tía. La Policía dá por probado que Bruno asesinó a Adriana y a su tía, pero ahora hay que buscar sus restos... Será un trabajo muy costoso pero sobre todo, complejo.
Las alarmas comienzan cuando el hermano de Adriana, inquilina de Bruno en la casa de Majahonda, denuncia su desaparición. La Guardia Civil encuentra una picadora industrial en el garaje de la vivienda, y tras varios análisis se confirma que los restos que encuentran pertencen a Adriana y también a su tia desaparecida hace cuatro años.
Ahora, la investigación se centra en el vertedero de Pinto. Un testigo vió como Bruno salía la madrugada del 4 al 5 de abril con varias bolsas de basura y las arrojaba en distintos contenedores. Todo concuerda con la fecha de la denuncia de la desaparición de la argentina de 55 años.
Con la declaración de este testigo se ha llevado a cabo la inmovilización de una de las parcelas del vertedero, y un rastreo superficial, de momento, sin resultados positivos.
La empresa URBASER, que trabajará mano a mano con la Guardia Civil, ha estimado que esta operación costará 800.000 euros debido a la complejidad del trabajo. Una investigación a gran escala que no comenzará hasta que no encuentren una solución para no paralizar la planta de residuos.
DESAPARECIDA
Adriana acababa de volver de Argentina. El 30 de marzo es el último día que alguien la vió. Su familia recibió whatsups pero eran contradictorios. Por eso denunciaron la desaparición.
Esta imagen era grabada en la segunda inspección ocular, Bruno Hernández ya llevaba unos días en prisión. En el primer registro los agentes observaron detalles que no cuadraban. El quería que pareciera que Adriana se había marchado, incluso viajó a Barcelona con el movil de ella, que no ha aparecido. Pero en el chalet de Majadahonda estaban sus pertenencias y en el sótano una picadora de carne.
Del interior los investigadores obtuvieron ADN de la desaparecida, un prueba científica de gran valor. También encontraron un maletín con armas blancas, cuchillos, un hacha y piezas ensangrentadas de la picadora.
Bruno intentó borrar el rastro de Adriana pero lo hizo mal. En su casa de Móstoles estaban las llaves del coche de ella que había aparcado en esa localidad y muy importante dentro de un guante de latex joyas de la mujer ensangrentadas.
Los vecinos de Bruno conocen sus problemas mentales. En dos ocasiones ha estado ingresado. No ha colaborado con los agentes y se enfrenta a otra investigación. La extraña desaparición hace cinco años de su tía, que según él le cedió el chalet. La Guardia Civil la ha buscado y no la ha encontrado.