Posiblemente el mejor otoño de Madrid, en Puebla de la Sierra
Una localidad de la Sierra del Rincón que no se puede abarcar en un solo fin de semana
No hace falta salir de la Comunidad de Madrid para disfrutar de un gran otoño en la Naturaleza. Con tranquilidad, sin prisas, sin masificación y con respeto.
La Sierra del Rincón, un enclave al norte de la región, es Reserva de la Biosfera de la UNESCO. Declarada por su paisaje, sus núcleos conservados y el mantenimiento y difusión de las formas de vida del pasado.
La Reserva de la Biosfera De la Sierra del Rincón es una de las dos que posee la Comunidad de Madrid (la otra es la de las Cuencas Altas de los Ríos Manzanares, Lozoya y Guadarrama).
La Sierra del Rincón engloba a las localidades de Madarcos, Puebla de la Sierra, La Hiruela, Pradena del Rincón, Montejo de la Sierra y Horcajuelo de la Sierra.
Cualquiera de ellas es un buen destino para pasar un día de otoño, empezando con un paseo, siguiendo con una comida y acabando con la contemplación reposada del bosque, las peñas, el río, los prados o la arquitectura del lugar.
En esta ocasión, elegimos Puebla de la Sierra. Y la sugerencia es elegir el camino más largo para llegar y de paso ir recorriendo los miradores de la carretera M-130 (Mirador del Mallorquín y Mirador de los Buitres).
En el primero, además del paisaje, destacan las grandes agujas de piedra que salen de la tierra apuntando al cielo. El de los Buitres se cuelga sobre el valle con el sonido del río en el fondo y los paredones a nuestro alrededor.
Seguramente ya conocéis el Valle de los Sueños, el Museo de Obra Gráfica, su colección de arte japonés y otras referencias sin salir apenas del casco urbano. Si no los conocéis os va a hacer falta más de un fin de semana para completar el tour de Puebla de la Sierra.
El entorno de Puebla en otoño es un auténtico espectáculo. Y si te gustan los árboles, Puebla es un museo natural.
En su término hay siete árboles singulares de la Comunidad de Madrid: el Cerezo de Mala Colá, el Castaño de la Gutera, el Cerezo del Puente de las Cabras, el Nogal del Pradillo, el Nogal del Puente, el Rebollo de las Puentecillas, el Rebollo de Tejera-Parque Avellanos y una rareza como es el Mostajo o Peral de Norte, que crece en mitad de un robledal.
Alguno te lo vas a encontrar si haces la Ruta de los Robles Centenarios que es corta y cómoda de caminar. Si decides continuar caminando un poco, te recomendamos la Ruta de los Linares que ofrece el contraste de los árboles de huerta.
La subida al Cerro Larda ya es otra historia. Requiere más esfuerzo y más tiempo. Puede ser la ruta del día porque supone más de tres horas de caminata para completar la subida y regreso del Cerro Larda (1.425 metros).
Si lo tuyo es un apacible paseo con posibilidad de comerte el bocadillo (y llevarte luego todos tus desperdicios) lo indicado es el entorno del Puente de la Tejera, los Avellanos y el Molino de Abajo. Aquí también encontrarás un imponente rebollo o melojo, árbol singular de la Comunidad de Madrid.
Es una gran pradera junto al río, con unos columpios, estructuras de pizarra modo de bancos, estelas labradas en la roca e incluso un dolmen. Y si cruzas el río puedes empalmar con la ruta que lleva al Cerro Larda.
Lo obligado es finalizar la tarde con la puesta de sol en el Puerto de La Puebla, ver a poniente toda la Sierra de Guadarrama y a nuestra espalda los montes de la Sierra Norte y su prolongación hacia tierras de Guadalajara y sus pueblos negros con el Ocejón destacando en altura.
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