La Quinta de los Molinos ya tiene a sus almendros en flor
El parque histórico, abierto todos los días de 6.30 a 22.00 horas con recorridos accesibles para personas con movilidad reducida, cuenta con más de 1.500 almendros que cada año se tiñen de blanco y rosa sólo durante 15 días
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Las temperaturas primaverales que desde hace semanas se viven en Madrid han adelantado la floración de los almendros de la Quinta de los Molinos, que ya presenta los primeros árboles en flor.
El parque histórico, abierto todos los días de 6.30 a 22.00 horas con recorridos accesibles para personas con movilidad reducida, cuenta con más de 1.500 almendros que cada año se tiñen de blanco y rosa sólo durante 15 días.
Las temperaturas primaverales de estas semanas han adelantado la aparición de los primeros capullos blancos, una floración que otros años puede darse en enero (sería una floración temprana) o en marzo (floración tardía).
La Quinta de los Molinos, catalogada como Parque Histórico, tiene en su recinto más de 1.500 almendros, además de olivos, pinos, higueras, lilos, retamas, romeros, hibiscos, adelfas, avellanos, tarajes y otras especies menos habituales como feijoas, eucaliptos, azufaifos o paulonias.
Pero además de la gran cantidad de especies botánicas, la zona goza de una amplia diversidad de fauna entre la que destacan mirlos, petirrojos, verdecillos, verderones, palomas torcaces, gorriones y jilgueros, entre otras especies.
Historia
Este jardín se vincula al arquitecto, catedrático y urbanista César Cort Botí, protagonista de la institucionalización del urbanismo en España y defensor del patrimonio cultural, quien diseñó la quinta tanto desde el punto de vista arquitectónico como vegetal.
Iniciado en la segunda década del siglo XX, el proyecto de Cort Botí contempla un jardín paisajista y espacios agrícolas (las huertas aterrazadas, el cultivo de almendros y el bosque), que forma un todo indivisible junto a la casa palacio (Palacete de la Quinta), los edificios auxiliarles (Casa del Reloj) y su arquitectura singular.
Las instalaciones hidráulicas para el riego son una parte fundamental de la quinta; de hecho, su nombre hace referencia a los singulares molinos de viento que se trajeron de Estados Unidos para extraer agua de los pozos.
En 1980, tras el fallecimiento de su propietario, los herederos cedieron 21,26 hectáreas de la propiedad al Ayuntamiento de Madrid, con la condición de mantener su legado.
El parque cuenta con cinco puertas de acceso: la principal, en la calle de Alcalá, estación de metro de Suanzes; en la calle Juan Ignacio Luca de Tena; en la avenida 25 de septiembre; en la calle Doctor Zamenhof, y en la calle Miami.
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