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El bailaor Rafael Amargo se sienta desde este lunes en el banquillo acusado de vender droga desde su piso de Madrid, en un juicio en el que la Fiscalía pide para él 9 años de cárcel mientras el acusado defiende su inocencia.

Según han confirmado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), está previsto que la sección 30 de la audiencia madrileña celebre el juicio los días 8, 10, 11 y 12 de abril, tras la suspensión que tuvo lugar el 7 de junio de 2023 porque otro de los procesados, el productor teatral Eduardo de Santos, renunció a su abogado.

Serán juzgados el bailaor, Eduardo de Santos y un socio del artista, Manuel Ángel Batista León, acusados de integrar un grupo que traficaba con droga, fundamentalmente metanfetamina, que presuntamente vendían desde el piso de Amargo.

Amargo está en prisión provisional desde el 3 de noviembre de 2023, cuando la Audiencia de Madrid así lo ordenó por riesgo de fuga y por quebrantamiento reiterado de la obligación de firmar cada 15 días en el órgano judicial que se le impuso como condición para permanecer en libertad provisional.

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Fue detenido por los hechos por los que se sienta en el banquillo el 1 de diciembre de 2020, y quedó en libertad, siguiendo con sus actuaciones. Pero dejó de cumplir las medidas cautelares y la audiencia le envió a prisión.

En el juicio será defendido finalmente por el letrado Marcos García Montes, según ha confirmado a EFE este abogado. Previamente llevó su defensa Rafael Caballero y, durante unos meses, la letrada Ana Isabel Peña.

El artista rechazó el año pasado llegar a un acuerdo con la Fiscalía, que supondría reconocer los hechos para rebajar la pena que se le pide, porque es inocente y confía en que se demostrará.

La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el artista por vender droga de forma "persistente" a cambio de dinero junto con el productor, para el que pide la misma pena. Para el otro acusado solicita seis años de cárcel por ser un "hombre de confianza" que entregaba la droga a los compradores. El Ministerio Público detalla en su escrito las cantidades de diferentes drogas que se encontraron en casa de Amargo y de Eduardo de Santos.

El magistrado que llevó la instrucción del caso, Juan Ramón Reig, propuso inicialmente juzgar a los tres acusados y a la mujer de Amargo, Lucia Bonginiano, por un posible delito contra la salud pública y otro de pertenencia a grupo criminal, pero, al no acusar la Fiscalía a la mujer, el proceso no siguió contra ella.

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El juez apreció que el bailarín era el cabecilla de un grupo que traficaba con droga, fundamentalmente metanfetamina, que vendían desde el piso que compartía con su mujer, utilizando "mulas" que llevaban la droga a los compradores.

Rafael Amargo declaró al suspenderse en juicio en junio pasado que solo quería declarar ya para acabar con un proceso "viciado desde el principio", e insistió en que en su casa "no había nada".