El Ramón y Cajal investiga la aplicación de chips para prevenir patologias y alergias alimentarias
Una investigación busca prevenir las enfermedades crónicas con dietas personalizadas
Un millón y medio de euros costará esta iniciativa científica pionera en investigación en salud y alimentación
El laboratorio de bioquímica e investigación del Hospital Universitario Ramón y Cajal, trabaja en la medicina del futuro: chips que podrán detectar el riesgo del paciente a padecer diabetes o hipertensión, y también otro dispositivo que permitirá detectar, sin necesidad de pruebas en la piel, si un niño padecerá alergias
Un hospital público y una empresa privada se han puesto de acuerdo para investigar cuál es el impacto real de los alimentos en los genes y proteínas de nuestro organismo, con el fin último de que, en función de su código genético, cada persona coma sólo aquello que le resulta beneficioso. Se evitarían así muchas enfermedades crónicas y mucho gasto a la sanidad pública, según se puso hoy de manifiesto en el acto de la firma de un convenio por el cual el Hospital Ramón y Cajal de Madrid y la empresa española 2B Blackbio se comprometen a llevar a cabo esta investigación.
Con ella se persigue, en definitiva, profundizar en el efecto beneficioso que tienen sobre la salud algunos alimentos, y en los perjuicios que ocasionan otros, en función de la genética de cada persona, y sus consecuencias reales en el organismo.
Para ello, se utilizará una tecnología innovadora, la de los microarrays, que permite simplificar enormemente las pruebas de diagnóstico en patologías como, por ejemplo, las alergias alimentarias, especialmente al huevo y a la leche, bastante frecuentes en niños menores de 5 años.
En este caso concreto, se trataría de sustituir la prueba de diagnóstico cutáneo por un simple análisis de sangre. "Se evitarían muchas molestias a los pacientes e, incluso, ingresos hospitalarios", según el doctor Javier Martínez-Botas, investigador principal del proyecto.
Entre el 0,5 % y el 2 % de la población infantil, según la Asociación Española de Alérgicos a Alimentos y Látex (AEPNAA), es alérgica al huevo, mientras que a la leche de vaca se calcula que los alérgicos en el primer año de vida están entre el 0,36 % y el 1,95 %.
Los expertos, según los impulsores de la investigación dada a conocer hoy, estiman que entre el 5 % y el 8 % de los niños presentan reacciones alérgicas provocadas por alimentos, mientras que ese porcentaje es del 3 en el caso de los adultos.
Las herramientas de diagnóstico permitirán además en el futuro, "todavía lejano", según reconocen en el Hospital Ramón y Cajal, mejorar la detección de los factores de riesgo de algunas enfermedades crónicas, como la diabetes, que pueden estar condicionadas por la dieta alimenticia de quien la padece.
"La investigación -según las dos entidades que la promueven- busca desarrollar y descifrar a partir de microarrays, como el CholestChip y el DietChip, enfocados al estudio de aspectos concretos del metabolismo, si los componentes saludables que se añaden a los alimentos funcionales tienen algún efecto real en nuestra genética". Y todo ello, "mediante la identificación de marcadores genéticos, es decir, aquellos genes cuya expresión cambia al consumir estos componentes saludables de los alimentos".
Javier Maldonado, director-gerente del Ramón y Cajal, hizo hincapié, antes de la firma del convenio, en la importancia de esta alianza estratégica "entre lo público y lo privado", que se suma a la ya "larga y consolidada trayectoria científica" del centro hospitalario.
Esta iniciativa "pionera" en el campo de la nutrición "puede encaminarnos hacia una alimentación personalizada en el futuro, en personas con factores de riesgo de enfermedades crónicas o con alergias a determinados alimentos", según destacó Pedro Franco de Sarabia, presidente de 2B Blackbio. "La alimentación -dijo- es el principal y más antiguo medicamento utilizado por el ser humano. Somos lo que comemos".
Un millón y medio de euros costará esta iniciativa científica, que se desarrollará al amparo de Henufood, un proyecto pionero en investigación en salud y alimentación y en el que participan nueve empresas y once centros de investigación españoles, y que tiene el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación.
"La gran ventaja de esta colaboración -abundó Franco de Sarabia- es que aúna la experiencia de un importante equipo de investigación como el del Ramón y Cajal, con la flexibilidad y agilidad de una empresa biotecnológica con clara vocación innovadora".
Aplicados al campo de la nutrición, los microarrays permiten simplificar "enormemente" las pruebas diagnósticas, pues con una pequeña muestra de suero del paciente se pueden realizar miles de ensayos de manera automatizada.
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