Renfe expedienta a una empresa de seguridad de Cercanías por una falta grave
Renfe ha abierto un expediente con propuesta de sanción a la empresa Segurisa, encargada de la seguridad en la estación de Atocha, por el incidente que el pasado día 11 tuvo lugar en un tren de Cercanías con un pasajero negro, al detectar una "falta grave" en la actitud de los vigilantes pero sin considerar que fuera una agresión racista.
A través de un comunicado, Renfe ha explicado que aunque se descarta una agresión racista, "como el viajero implicado en los hechos reconoció" en un medio de comunicación, sí es cierto que se percibe una "falta grave" de los vigilantes por su actitud.
"Esta decisión se ha traducido en la comunicación a la empresa Segurisa de una propuesta de penalización por falta grave en la actitud de sus vigilantes involucrados en el incidente; de acuerdo con la normativa, la empresa podrá presentar alegaciones a dicha propuesta de penalización, por lo que no será definitiva hasta que se resuelva por completo el expediente", detalla el comunicado.
Renfe recuerda que el incidente se originó en la estación de Atocha cuando un viajero se quejó a un vigilante de seguridad del comportamiento indebido de otro pasajero, que con su patinete impedía la entrada o salida de otras personas al tren.
En ese momento, según consta en el informe, un vigilante de Segurisa que estaba en el andén subió al tren de Cercanías para requerir al viajero que permitiese el normal movimiento de las demás personas. Al hacer caso omiso a esas indicaciones, el vigilante de seguridad pidió ayuda a sus compañeros.
"En el interior del tren se suscitó una discusión, que ha sido objeto de múltiples vídeos compartidos en redes sociales que sólo muestran esta parte concreta del incidente, no los hechos ocurridos con anterioridad y que sí están mencionados en el informe", prosigue Renfe.
Al continuar la discusión, los vigilantes de Segurisa pidieron al viajero que mostrase su billete, "algo que reglamentariamente pueden hacer cuando se produce alteración de orden público", y le solicitaron que abandonase el tren, "con un constante intercambio de descalificaciones, inadmisibles por ambas partes y por las que Renfe expedienta a Segurisa en el caso de sus vigilantes".
"Al negarse este viajero a abandonar el tren y ofrecer resistencia, se produjo un forcejeo entre los vigilantes de seguridad y el viajero; finalmente, ya en el andén, el viajero fue inmovilizado y los vigilantes requirieron la presencia de la Policía Nacional, que le acompañó hasta el exterior de la estación", continúa explicando la compañía.
Renfe, en este sentido, reitera en el comunicado su "desprecio" hacia "cualquier manifestación o comportamiento de carácter racista, comportamiento que en este caso no se produjo, según se deriva de los informes propios de la empresa y de las declaraciones del propio viajero afectado, en las que él mismo descartaba que la incidencia con los vigilantes de seguridad tuviese origen racista".
"Renfe insiste en dejar claro que no acepta ni aceptará entre sus trabajadores ni entre las contratas que trabajan con la compañía, ningún comportamiento que contravenga los derechos humanos ni altere las más elementales normas de convivencia y respeto a cualquiera de sus viajeros con independencia de su raza o religión", concluye.
Desde el sindicato Alternativa Sindical han criticado el cambio de actitud de Renfe ante estos hechos, ya que, según los representantes de los trabajadores de la seguridad privada, siempre han apoyado la intervención del personal "incluso afirmando públicamente que los vigilantes actuaron dado que el viajero estaba alterando el orden público".
A su juicio, la presión mediática ha sido el motivo por el que Renfe ha tratado de "limpiar su imagen" condenando a los vigilantes que agredieron al viajero.
La solicitud del título de transporte o billete, la identificación y posterior desalojo del tren, han remarcado, "son funciones esenciales" que están recogidas en la ley de seguridad privada, así como acciones "preventivas" para evitar situaciones "de potencial riesgo para usuarios viajeros e instalaciones".
Por otro lado, han recordado que el próximo 5 de noviembre se concentrarán ante la Asociación de la Prensa de Madrid para protestar contra lo que consideran que ha sido un "maltrato" para los vigilantes que actuaron en el incidente.
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