Más de 2.300 toneladas de ruedas acumuladas en el vertedero de Seseña, el 20 % del total que no ardió en el incendio originado en mayo, se han retirado ya y trasladado a plantas de reciclaje cuando se cumplen tres meses de la extinción del fuego en la parte de Castilla-La Mancha.
El incendio en el cementerio de neumáticos más grande Europa, que está situado entre las comunidades de Castilla-La Mancha y Madrid, se originó el 13 de mayo y quedó extinguido en la zona castellanomanchega veinte días después, el 2 de junio. Sin embargo, no se dio por apagado de manera definitiva en la parte de Madrid hasta días más tarde, cuando los agentes del instituto armado finalizaron la investigación en esta zona, donde se originó el fuego.
Tres meses después, la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid continúa investigando el origen del incendio, sin que por el momento los investigadores consideren más probable una hipótesis que otra, según fuentes del instituto armado, que recuerdan que las pesquisas sobre incendios suelen alargarse en el tiempo.
Así, los investigadores continúan visionando vídeos y tomando testimonios, mientras que el pasado 27 de julio la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 7 de Valdemoro (Madrid), encargada de la investigación, pidió a varias compañías telefónicas datos sobre las llamadas realizadas y recibidas o mensajes enviados desde la zona la noche en la que comenzó el fuego y las dos anteriores.
En ese mandamiento la jueza asume la tesis de la Guardia Civil de que todos los indicios apuntan a que el fuego fue provocado.
En total, se calcula que ardieron 88.000 toneladas de las 100.000 que se habían ido acumulando en este cementerio ilegal desde finales de la década de los años 90 del siglo pasado.
De las 12.000 toneladas de neumáticos que no se quemaron, un total de 2.305,25 se han retirado desde el 20 de julio, cuando se autorizó la entrada de camiones, hasta el 30 de agosto, lo que supone el 20 por ciento del total. Además, se han sacado 608,58 toneladas de metales, según han informado a Efe fuentes de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural.
La previsión es que la parcela quede limpia a finales de este año, algo que el Gobierno regional confía en que se consiga teniendo en cuenta el ritmo de los trabajos. Lo que aún no se ha comenzado a limpiar son las cenizas, ya que para determinar su destino se está realizando un estudio de caracterización que establecerá la clasificación de peligrosidad de las mismas.
"En base a los resultados obtenidos se determinará el destino final de las mismas", han indicado desde la Consejería y han recalcado que, mientras se obtiene el resultado de este estudio, se ha aplicado en la superficie afectada por el incendio un tratamiento de estabilización para minimizar la emisión de polvo a la atmósfera.
Por su parte, la población de Seseña, principalmente la de la urbanización de El Quiñón, la zona más cercana al incendio, ha vuelto a la normalidad y el alcalde, Carlos Velázquez, ha declarado que "la gente está mucho más tranquila".
El vertedero está vigilado desde el 2 de junio de lunes a domingo para impedir intrusiones a la parcela, y continúan realizándose controles y análisis de la calidad el aire para evaluar la posible contaminación atmosférica causada por el fuego y sus efectos sobre la población. El único cambio se ha producido en la estación móvil que antes estaba ubicada en Seseña Viejo y que se ha trasladado a Chiloeches (Guadalajara) a raíz del incendio iniciado el 26 de agosto en una nave de disolventes.
Precisamente, el alcalde de Seseña señaló hace unos días la "sospechosa" conexión que ve entre este incendio, próximo al gestor de residuos al que se están llevando las ruedas del vertedero, y el de Seseña. Recordó también que en las instalaciones del gestor de residuos de Chiloeches al que se están llevando los neumáticos del cementerio de Seseña hubo un "intento" de incendio hace poco.