El río Guadarrama vuelve a ser una cloaca flotante en pleno Parque Regional
Apenas un año después de las labores de limpieza realizadas por la Confederación del Tajo y algunos municipios vuelven los vertidos de todo tipo de residuos
La falta de vigilancia, la facilidad de acceso a la ribera y un asentamiento aguas arriba arruina los esfuerzos y la inversión para recuperar en este espacio protegido
REDACCIÓN
Electrodomésticos, colchones, envases, mobiliario diverso. Son algunas de las cosas que han vuelto, desafortunadamente, al río Guadarrama. Desde hace meses, aseguran los vecinos, se han reanudado los vertidos de todo tipo de residuos.
El Guadarrama vuelve a parecer un vertedero, con un tapón de basuras en pleno cauce. Una isla de desperdicios entre los términos de Arroyomolinos y Navalcarnero. Pero no son estas localidades las responsables.
Unos cinco kilómetros aguas arriba, el asentamiento chabolista de Las Sabinas y su entorno, es el origen de la acumulación de vertidos que acaban en el agua. Un problema de calado social que, al igual que Cañada Real, no se soluciona y se convierte en fuente de otros problemas.
Una situación que se agrava ante la imposibilidad de recogida de basuras por no estar Las Sabinas en casco urbano, con accesos directos a las orillas y con la acción de desaprensivos que llegan a ofrecer sus servicios para verter escombros, neumáticos, restos de mudanzas o de electrodomésticos por citar algunos.
Hace un año, el acuerdo entre Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), la Comunidad y los ayuntamientos que sufren este problema (Móstoles, Arroyomolinos, Navalcarnero, Batres y Villaviciosa de Odón) permitió limpiar y restaurar este tramo del Parque Regional del Río Guadarrama.
Un espacio protegido, un corredor fluvial, del que se sacaron miles de toneladas de basuras. Incluso automóviles. La CHT encargó a la empresa Tragsa las labores costeadas por el Gobierno, la Comunidad autorizó la intervención en las zonas naturales y los ayuntamientos se comprometieron a hacer acopio y gestionar los residuos de manera adecuada.
Un año más tarde y 700.000 euros gastados la situación vuelve a ser la misma. Raúl Navarrete, portavoz de Ecologistas en Acción, confirma que el problema se origina en Las Sabinas. La policía realiza campañas de vigilancia y control en este poblado lo que ha conseguido frenar algunas de las agresiones e incluso intervenir plantaciones de marihuana.
Pero la vigilancia de la policía y de los agentes forestales no ha conseguido erradicar esta práctica. La CHT reclama a los ayuntamientos que limpien el río Guadarrama, los municipios replican que no disponen de medios suficientes ni para retirar las basuras ni para vigilar constantemente la zona.
El Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil, afirma Navarrete, tampoco da abasto dada la extensión del territorio.
"Hay que quitar ese tapón de basuras, pero hasta que no se de una solución al problema de Las Sabinas, el Guadarrama seguirá llenándose de residuos de todo tipo", zanja el portavoz de Ecologistas en Acción.