Ramón M.M., el último de los tres menores condenados por el asesinato de la joven Sandra Palo en un descampado de Leganés en 2003, ha salido hoy de la cárcel de Navalcarnero (Madrid), ante la protesta e indignación de los padres de la víctima.
A las puertas de la cárcel, los padres de Sandra Palo han hecho visible su rechazo a la puesta en libertad de Ramón, alias "Ramoncín", en una acción similar a la que realizaron el pasado viernes frente a la sede del Ministerio de Justicia en Madrid.
El recluso ha abandonado la prisión pasadas las nueve de la mañana a bordo de una furgoneta blanca, que ha aumentado su velocidad al pasar por delante de los periodistas allí concentrados.
"Ramoncín" fue condenado a ocho años de internamiento más otros cinco de libertad vigilada, junto a otros tres jóvenes, dos de ellos menores edad, por el asesinato perpetrado en mayo de 2003.
A las puertas de la prisión, los padres de la víctima, María del Mar Bermúdez y Francisco Palo, han expresado su indignación por la puesta en libertad del condenado.
Vestidos con camisetas con la fotografía de Sandra, han denunciado que su hija fue secuestrada, violada y asesinada, y han dicho que quieren justicia tras nueve años sin ella.
Bermúdez ha afirmado que Ramón M.M. "no está para salir a la calle" porque "tiene una conducta de psicópata" y porque, según un auto de 2008 en el que se citaba "un estudio de la Universidad Complutense, es un manipulador que no ha mostrado arrepentimiento".
Entre lágrimas de rabia, la madre de Sandra Palo ha dicho a los periodistas que el "asesino" de su hija "hará lo de 'Rafita'" -Rafael F.G., otro de los menores que, con 14 años, participó en el asesinato de la joven y que cumplió su pena en junio de 2010-, estará "permanentemente en busca y captura".
Tras recalcar su indignación por la puesta en libertad de Ramón, María del Mar ha subrayado que se siente amenazada y ha advertido a políticos, jueces y fiscales sobre sus reacciones.
"Nunca hemos pedido venganza, ni pena de muerte, solo justicia", ha dicho la madre de Sandra, quien ha asegurado que no parará hasta que se haga justicia.
También ha denunciado el trato de favor recibido por el asesino de su hija para abandonar esta mañana la prisión, ya que no ha salido como el resto de los reclusos, en un autobús, sino que se le ha permitido salir desde dentro de las instalaciones a bordo de una furgoneta particular.
Sandra Palo, que tenía 22 años y padecía una minusvalía psíquica, murió el 17 de mayo de 2003 después de que los cuatro participantes del crimen la introdujeran en un coche cuando esperaba el autobús, la condujeran hasta un descampado, la violaran y atropellaran en repetidas ocasiones, para posteriormente prenderle fuego.