Santiago Sánchez, vecino de Sanse, caminará 6.800 kilómetros hasta Catar
Parte el 8 de enero desde el Estadio Municipal de Matapiñonera de Sanse
En 2019 fue desde Alcalá de Henares hasta Arabia Saudita en bicicleta
REDACCIÓN
La misión que ha sido bautizada como 'Destino Qatar', partirá el próximo 8 de enero de 2022 desde el Estadio Municipal Matapiñonera de Sanse y tiene como objetivo el pasar aproximadamente por 15 países, caminando con lo mínimo necesario los 6.800 kilómetros que separan la ciudad madrileña de la de Doha, la capital qatarí.
Santiago Sánchez, un caminante solidario, gastará sus suelas hasta diciembre de 2022, mes en el que se estima que finalice su camino en el que le espera el ya iniciado Mundial de Fútbol Qatar 2022, donde apoyará también a la selección española.
Santiago es un aventurero aficionado al deporte que afronta su nuevo viaje cargado de emociones y valores sociales, durante el que irá acompañado de un carro, con el que aspira a completar un camino que llenará de mensajes y gestos que unen el medioambiente, el reciclaje y el deporte.
Andar y plantar
“Calculo que necesitaré unos 12 meses para llegar y, en esta ocasión, además de ir recogiendo residuos, me gustaría ir plantando árboles a lo largo de mi camino, muchos en solitario y otros en compañía, ya sea con el apoyo de escuelas, centros o personas que se crucen en mi camino” ha declarado el protagonista de Destino Qatar.
En 2019, Santiago Sánchez fue desde Alcalá de Henares hasta Arabia Saudita en bicicleta y estuvo ayudando en orfanatos, hospitales, ONG’s y allá donde podía. Así lo conocieron desde el Ayuntamiento de Sanse que se ha volcado en esta nueva aventura del madrileño.
Al igual que en su anterior viaje, en esta ocasión mostrará al mundo todo lo que acontezca durante su recorrido en su cuenta de Instagram.
Santiago cuenta que la anterior experiencia comenzó como "una excusa para ir a ver un partido de fútbol". Pero acabó siendo algo más. "Todos los días iba recogiendo residuos y plásticos que los cambiaba por un plato de comida, una ducha y, en ocasiones, llegaban a darme un techo", recuerda