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El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola, ha visitado este miércoles la planta de montaje y mantenimiento de motores aeronáuticos que Industria de Turbo Propulsores (ITP) tiene en Ajalvir, donde ha destacado "la importancia de la colaboración empresarial en el cuidado del medio ambiente". El consejero ha podido acreditar la actitud comprometida de esta empresa madrileña con el medio ambiente y el desarrollo sostenible de su actividad, durante el recorrido por la planta de 100.000 metros cuadrados con una capacidad para la reparación de más de 300 motores al año y con 533 empleados.

Según ha informado el Ejecutivo regional, la Comunidad de Madrid trabaja para implicar a las empresas en la reducción de la contaminación generada en sus procesos productivos, y por ello "se sitúa entre las tres primeras regiones españolas en gestión empresarial ecológica".

Esta empresa cuenta con la implantación de la certificación ISO 14.001 y del Sistema Comunitario de Gestión y Auditoría Medioambiental (EMAS), de forma que está inscrita en el Registro EMAS de la Comunidad de Madrid desde diciembre de 2007.

Además, dispone, por la aplicación y la mejora continua, de la Autorización Ambiental Integrada, obtenida en el año 2007. Y forma parte del proyecto CleanSky integrado en el VII Programa Marco de Investigación de la Unión Europea (2007-2013), dentro de la plataforma de trabajo 'Motores verdes y sostenibles'.

Sarasola ha destacado la actitud empresarial decidida de esta empresa ubicada en Madrid, que ha hecho que se convierta en el servicio de mantenimiento oficial de casi todos los fabricantes mundiales de motores de aviación.

"Y todo ello demostrando que una actitud responsable y comprometida con el medio ambiente no está reñida con la competitividad y desarrollo sostenible, sino que son dos conceptos que pueden y deben ir de la mano en el desarrollo de cualquier empresa", ha manifestado el consejero.

La apuesta que la Comunidad de Madrid realiza por la implantación en la empresa de sistemas productivos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente se lleva a cabo desde hace años de forma coordinada a través del Pacto de la Empresa Madrileña por el Medio Ambiente (PEMMA), entre el Gobierno regional y el tejido empresarial.

Mediante dicho pacto se implica a las compañías en la gestión ambiental y en la reducción de la contaminación generada en los procesos productivos, haciendo bandera de la sostenibilidad como valor estratégico de la empresa.

El esfuerzo de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio con el sector empresarial ha conseguido situar a la empresa madrileña a la cabeza de las regiones de España en gestión empresarial ecológica, con 158 instalaciones incluidas en el registro EMAS de la Comunidad de Madrid, sólo por detrás de Cataluña y Galicia.

Este distintivo distingue a las organizaciones que implantan, de forma voluntaria, criterios medioambientales en su gestión interna, llevando a cabo una producción respetuosa con el medio natural y apostando firmemente por un modelo económico sostenible.

Hasta el momento los esquemas más comunes para desarrollar sistemas de gestión ambiental (ISO 14.001, EMAS) han sido implantados en la región por unas 2.100 empresas madrileñas. La implantación de estos sistemas de gestión ambiental conlleva un conjunto de beneficios asociados para el medio ambiente y para la propia empresa como son, principalmente, la reducción de los consumos y minimización de los residuos generados.

Por ello, el Gobierno de la Comunidad de Madrid trabaja ayudando a las empresas madrileñas en la sensibilización y cumplimiento de la legislación ambiental vigente, así como potenciando la adopción de buenas prácticas ambientales que les permita ser consecuentes con su responsabilidad social corporativa, a la vez que su imagen, eficacia y competitividad se ven mejoradas. MENOR CONSUMO DE AGUA Y MENOS RESIDUOS

Durante la visita a ITP Sarasola ha comprobado la "importancia" que tienen en esta planta todos los procesos que suponen una mejora o garantía medioambiental en todas las actividades, desde el desmontaje de los motores y piezas a la limpieza, tanto química como mecánica o por ultrasonidos o aceites, las inspecciones tanto por fluidos penetrantes como por rayos X o los procesos especiales de reparación, que incluyen desde las pinturas a las proyecciones térmicas, la técnica del shoot pennign o los tratamientos térmicos.

Las reparaciones mecánicas o las pruebas y ensayos antes de dar por terminadas las reparaciones o inspecciones técnicas cuentan también con procesos que garantizan el mínimo impacto medioambiental. Todos ellos cuentan con dispositivos específicos para la depuración y limpieza de aguas o gases, así como la minimización del ruido.

Desde 2008, ITP ha reducido el consumo de agua un 33 por ciento y el volumen de vertido generado ha disminuido en un 35 por ciento. Además, ha producido un 46 por ciento menos de residuos peligrosos.