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Sinéad O'Connor se presentó en Los Veranos de la Villa para ofrecer un concierto acústico en el que rescató los grandes éxitos de su carrera y exhibió todo el potencial de "Theology", un álbum donde la voz angelical de la irlandesa rinde pleitesía a los dioses del rastafarismo.

Han pasado más de diecisiete años desde la polémica actuación de Sinéad O'Connor en Saturday Night Live, el histórico programa de la NBC estadounidense, en el que la cantante nacida en Dublín hizo pedazos, con rabia, una fotografía de Juan Pablo II.

En el directo de O'Connor de esta noche en el Escenario Puerta del Ángel no hubo referencias ni ataques directos a ninguna persona o estamento, a excepción de la versión que realizó de "Times they are changing" de Bob Dylan, que la compositora quiso dedicar al Vaticano.

La cabeza afeitada que lució la solista durante buena parte de su carrera pasó a la historia; una muestra inequívoca de la madurez de una O'Connor más comedida y menos incendiaria, quien se presentó con un original vestido rojo de corte oriental.

"Theology", el álbum lanzado en 2007 por la compositora tiene a Jah, dios del rastafarismo, como fuente de inspiración. La cantante reconoció "la base espiritual" de su último trabajo y arrancó su actuación con "Something Beautiful", a la que siguieron los clásicos "Healing room" y "The Emperor's new clothes".

La actuación en Madrid de la cantante dublinesa pasará a la historia por ser el primer directo tras su enlace con el guitarrista australiano Steve Cooley, quien acompaña desde hace cuatro años a O'Connor y que es responsable del sonido de su último disco, según reconoció ella misma.

"Quiero brindar la próxima canción a mi marido, el gran Steve", exclamó O'Connor, quien se dispuso a interpretar la balada "Dark I am yet lovely" ante la atenta y cómplice mirada de su esposo.

El trío de músicos lo completó el pianista y flautista Kieran Kelly, quien se encargó de aportar el toque folk en canciones con espíritu celta como "You made me thief of your heart" o "Lambs book of life", que resultaron ser las más animadas del repertorio escogido por O'Connor.

A estas alturas del concierto la cantante había despejado las dudas sobre su actual estado de forma, aunque a lo largo de sus dos horas de actuación se le escapó algún que otro carraspeo. Y es que distintas afecciones de garganta obligaron a la dublinesa a suspender su actuación en Las Palmas de Gran Canaria el mes pasado.

Gracias a temas como "Stretcher" y "Black boys", ambos cantados a capella, se pudo comprobar la facilidad con la que la artista irlandesa es capaz de modular su voz progresivamente y pasar, con una pasmosa facilidad, del susurro al rugido más desgarrador.

"Nothing compares to U", una canción compuesta por Prince convertida en un "hit" por la diva, también tuvo una dedicatoria muy especial ya que es "la canción preferida" de su hija pequeña, según desveló la artista.

O'Connor aprovechó "Thank you for hearing me" para agradecer al público madrileño haberse acercado hasta su actuación enmarcada en Los Veranos de la Villa y prometió "volver pronto" con su nuevo trabajo.