Técnico sanitario del Madrid Arena: "Viñals no sabía usar el desfibrilador"
Un técnico sanitario del Madrid Arena contratado por Simón Viñals, Rodrigo Morales, ha asegurado hoy en el juicio por la tragedia en la que murieron cinco jóvenes, que "los médicos no sabían utilizar el desfibrilador" y que él mismo les explicó cómo aumentar la potencia del mismo.
Durante su declaración en la Audiencia Provincial de Madrid, que acoge la vista desde enero, Morales ha afirmado que los médicos de la fiesta Simón Viñals, de 76 años, y su hijo Carlos Viñals, no sabían cargar el desfibrilador y que no aplicaron gel a las palas para que condujera la descarga eléctrica.
El testigo también ha manifestado que los médicos no cogieron ninguna vía a las víctimas para introducir la adrenalina y hacer así eficiente la reanimación cardiopulmonar.
Morales fue quien acudió a la UVI móvil "por instinto" a por el desfibrilador cuando llevaron a Cristina Arce y a Rocío Oña en parada cardiorrespiratoria a la enfermería del recinto de Madrid Espacios y Congresos (Madridec), empresa municipal que gestionó el espacio del Madrid Arena.
Testimonio que se contradice con el del testigo Cecilio Page, auxiliar de enfermería del Madrid Arena, de 85 años, quien ha afirmado hoy que fue Viñals padre quien ordenó a Morales ir a por el desfibrilador, como así también declaró el médico en las primeras semanas del juicio.
En su declaración, Page ha apoyado en todo momento la versión de Simón y Carlos Viñals y ha asegurado que el padre "se puso a hacer masajes cardíacos a Cristina Arce y su hijo a Rocío Oña", ambas fallecidas en la tragedia.
Según su versión, Viñals y su hijo se pasaban el desfibrilador para auxiliar a las jóvenes, pero que fue el único evento en el que dispusieron de él y que nunca antes había visto uno.
Page ha ratificado hoy la versión de Simón Viñals al decir que él mismo oyó su orden al Samur de dar "masaje cardíaco ininterrumpido" y que el doctor les dijo que las chicas estaban en parada, por lo que no las dio por muertas, como así señala el escrito provisional de la Fiscalía.
El auxiliar de enfermería, jubilado en el momento de los hechos, ha explicado al tribunal que él solo "atendía órdenes" y estaba allí para ayudar a los doctores en lo que le dijesen.
Por su parte, otro de los técnicos sanitarios contratados por Viñals, Rubén Pereira, ha declarado que hizo un masaje cardíaco a una de las víctimas -no recuerda quién pero cree que fue Katia Esteban- durante veinte minutos: "Vi que una de las chicas no tenía pulso y comencé a practicarle una RCP (reanimación cardiopulmonar) con un técnico de Seguriber".
Katia fue la tercera chica que llegó en parada a la enfermería y la tumbaron en el suelo porque "no había camillas". En base a lo que declaró Simón Viñals como acusado, no pudieron practicarle descarga porque "no tenía el ritmo necesario".
El equipo médico que finalmente participó en la macrofiesta estuvo compuesto por el doctor Simón Viñals, su hijo y un auxiliar, Cecilio Page, de 81 años, que se había jubilado en 1997, y cuatro técnicos sanitarios contratados.
La Fiscalía recogió en su relato provisional que Simón y Carlos Viñals demostraron una "evidente falta de destreza" al atender a las víctimas, "no fueron capaces de reconocer que" al menos dos de ellas estaban en parada cardiorrespiratoria y "enseguida diagnosticaron erróneamente que estaban fallecidas". EFE
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