Miguel Ricart, el único condenado por el crimen de Alcasser, está en Madrid. Telemadrid lo tiene localizado en un punto de la capital tras su periplo al salir de la cárcel el viernes que empezó en la estación de tren de Manzanares con supuestas ofertas televisivas de por medio.
Un hotel de cuatro estrellas al llegar a Madrid, copas pagadas el viernes por la noche (no por él) y, al final, una pensión en la que se ha refugiado y de la que no sale hace casi 24 horas.
Repudiado por su familia y hasta por su propia hija, Ricart no recibió en 20 años ni una visita en la cárcel, pero a la salida de la prisión fue asaltado por una nube de periodistas y otra de productoras de televisión (al parecer) haciendo ofertas de dinero.
Ricart tiene apenas cinco euros en el bolsillo y las supuestas asistentes sociales que le llevaron a la pensión donde está parecen ser miembros de esa productora de televisión.