Tensión, dolor y amenazas en el entierro de Lisset, en Aranjuez
La familia de la mujer asesinada jura venganza a la familia del presunto agresor
REDACCIÓN
Tensión, amenazas y mucho dolor en el entierro de Lisset, la mujer asesinada a tiros presuntamente por su expareja en Aranjuez. Ni los cinco furgones policiales ni una veintena de agentes presentes en la entrada del cementerio de Aranjuez han podido evitar escenas de nerviosismo y mucha tensión entre las más de 300 personas presentes en el entierro, entre familiares y amigos de la joven fallecida.
Entre ellos se encontraban, destrozados por el dolor, el padre y el marido de la joven asesinada.
Las amenazas de la familia de la mujer fallecida
Uno de los familiares de la joven se acercó a las cámaras de televisión para amenazar a la familia del presunto asesino y decirles que "habrá venganza, y nos la vamos a tomar por nuestras manos".
También han mandado otro mensaje a la familia Mendoza, la familia del presunto agresor. Les han dicho que saben dónde están escondidos, en un pueblo de Zaragoza, y que piensan ir a por ellos para matarlos.
La hermana de la fallecida, en estado crítico
Mientras, la hermana de la fallecida se debate entre la vida y la muerte en el hospital 12 de octubre, en donde también se encuentra la madre de ambas, en estado grave. El estado de salud de la joven de 25 años preocupa a los sanitarios, ya que tiene afectada la cadera, el hígado y el bazo.
El presunto asesino, El Juanín, prestará declaración en la comisaría de Aranjuez esta misma tarde y mañana, 12 de junio, podría pasar a disposición judicial.
Recordamos que el hombre, de 38 años, disparó sin reparo contra sus ex cuñadas y su ex suegra desde su ventana, con una escopeta. La hermana de Lisset se acercó a socorrerla y recibió un disparo que le alcanzó el cuello y pecho. La madre, que las acompañaba, de nombre Concepción, también recibió un disparo, que le alcanzó en una pierna.
Se piensa que todo se debe a la mala relación que este hombre, El Juanín, mantenía con la familia de su ex pareja, Celestina, a la que culpaba de su separación.