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El Plan de Inspección de Transporte de la Comunidad de Madrid ha supuesto, desde su entrada en vigor el 1 de enero hasta el pasado 30 de junio, un total de 43.390 inspecciones a vehículos en carretera y empresas de transporte (de viajeros y mercancías).

Durante la inspección este lunes a un autobús de la Estación Sur de Autobuses, el director general de Transportes, Pablo Rodríguez Sardinero, ha explicado la importancia de este Plan de Inspección para examinar a los vehículos durante el verano y más en el mes de agosto, "el más importante en cuanto a movimientos de autocares en esta época del año".

En la estación de Méndez Alvaro en concreto, se espera que un lunes como este atraiga a "más de 25.000 viajeros y 1.700 vehículos", ha mencionado.

Este primer semestre del Plan de Inspección se ha saldado con más

de 39.900 controles de vehículos en ruta (transporte de viajeros mercancías), de los cuales más de 8.800 se dedicaban al transporte público y alrededor de 4.500 han sido denunciados.

Según Rodríguez Sardinero, la mayoría han sufrido sanciones "por meras cuestiones administrativas" como la falta de hojas de ruta, la ausencia de contratos o el ofrecer servicios de los que no tienen un título habilitante. Una sanción de este tipo supone una multa de entre 600 y 4.001 euros.

El director ha señalado que es "obligación de la Comunidad de Madrid" examinar los transporte de viajeros regulares y las propias empresas del sector --en lo que va de año se han inspeccionado más de 1.250 empresas de transporte, de las cuales 162 han sido sancionadas--, sobre las que hay que ejercer "control" para fortalecer la seguridad vial "sobre todo en momentos de vacaciones como el periodo estival".

"El transporte madrileño cada día es mejor", ha resaltado Rodríguez Sardinero, cuyo principal objetivo con este plan es el evitar las infracciones que entorpezcan la circulación, la competencia desleal entre empresas y el conservar las infraestructuras viarias.