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Hoy sábado comienza la temporada 2015 del Tren de la Fresa, un ferrocarril histórico-turístico que cumple 31 años de existencia y que se ha convertido en el decano de este tipo de trenes en España.

En la presente campaña -con una primera fase que se extenderá hasta el 21 de junio, y una segunda, que tendrá lugar entre el 19 de septiembre y el 25 de octubre- se han programado 21 viajes.

Estos se realizarán, como ya es tradicional, los sábados y domingos, incluyendo una visita guiada al Palacio Real de Aranjuez, realizada por guías oficiales de turismo de la Comunidad de Madrid y una visita libre al Museo de Falúas, así como descuentos en el Museo Taurino y diversas actividades de ocio.

Su puesta en marcha es una iniciativa conjunta del Museo del Ferrocarril-Fundación de los Ferrocarriles Españoles, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Aranjuez y Patrimonio Nacional.

Además, en esta edición se cuenta nuevamente con el apoyo extraordinario de Renfe, que ha facilitado los recursos necesarios para poner en circulación este ferrocarril histórico y ha colaborado con la cesión de una locomotora diésel.

La composición del Tren de la Fresa la completan un furgón y un vagón de los años 60 y cuatro coches de madera denominados 'Costa', construidos entre 1914 y 1930, que cubrían los servicios de cercanías de la compañía MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante).

Lo que hoy es un interesante recorrido turístico, cultural y de ocio, en su día supuso todo un reto que nacía con la intención de dar salida al Mediterráneo a la capital de España.

El primer tramo de este ambicioso proyecto, la línea Madrid-Aranjuez, se inauguró el 9 de febrero de 1851 en medio de una gran expectación y bajo la presidencia de la Reina Isabel II.

El artífice fue el marqués de Salamanca, quien pensó unir la capital con el Palacio donde pasaba sus épocas de descanso la Familia Real. Este punto de encuentro de la aristocracia era una buena elección para hacer una demostración práctica que convenciera a la Reina y a su entorno de las ventajas del ferrocarril.

EJEMPLO DE TURISMO CULTURAL

El Tren de la Fresa sigue fiel a su cita anual desde que en 1984 se promoviera la idea de rememorar el recorrido del que fue el primer ferrocarril de Madrid y el segundo de la Península.

Hoy el recorrido se ha transformado en un atractivo viaje en tren al que se suman la riqueza arquitectónica, artística, paisajística, cultural y gastronómica del Real Sitio de Aranjuez, una ciudad que conserva todo el sabor y esplendor de su regia historia.

Durante todo este tiempo, los históricos coches de madera del Tren de la Fresa han transportado a miles de viajeros ofreciendo una experiencia única que aúna ocio y cultura.

En la Exposición Universal de Shanghái 2010 el Tren de la Fresa fue elegido para estar presente en el stand de ICOM (Consejo Internacional de Museos), donde se mostraba la realidad de los museos en los cinco continentes, como ejemplo de contribución de un museo a la revitalización y el dinamismo económico a través de un producto de turismo cultural.

Los días de circulación del Tren de la Fresa son los días 2, 3, 16, 17, 23, 24, 30, 31 de mayo, 6, 7, 20, 21 de junio y los días 19, 20, 26, 27 de septiembre y los días 3, 4, 17, 18, 25 de octubre. Los horarios de salida del Museo del Ferrocarril son a las 10 horas, con llegada a las 11. El regreso será a las 18 horas.

El precio general será de 29,90 euros. Los niños de 4 a 12 años pagarán 14,90 euros y los menores de 4 años gratis si no ocupan asiento. El precio incluye viaje de ida y vuelta, degustación de fresón a bordo, traslado de la estación a la zona monumental en autocar, visita al Palacio Real y Museo de Falúas y descuento del 50 por ciento en el Museo Taurino.

HISTORIA Y CURIOSIDADES

El Tren de la Fresa rememora la puesta en marcha del primer ferrocarril de la Comunidad de Madrid, que unió la capital con el Real Sitio de Aranjuez.

Ese primer tramo de apenas cincuenta kilómetros era en realidad un planteamiento estratégico que nacía "buscando el mar" y que se pudo consolidar gracias al tesón y a la osadía de su promotor, el marqués de Salamanca.

Hubo varios proyectos antes de realizarse el definitivo, auspiciado por el marqués de Salamanca, y en todos se eligió Aranjuez como final de la línea porque en aquella época la Corte pasaba grandes temporadas allí y era cita de la aristocracia y de las gentes relacionadas con Palacio.

Las obras de la nueva línea se dieron por concluidas el 8 de febrero de 1851 y un día después se celebró su inauguración.

La presentación en sociedad de tan magno acontecimiento se convirtió casi en una fiesta popular, dada la masiva asistencia de gente, con la Reina Isabel II y la plana mayor del Gobierno, con Bravo Murillo a la cabeza, quienes tras la celebración de una misa en la cabecera de la línea realizaron el viaje de ida y vuelta completo.

Los actos se prolongaron durante todo el día con sendos banquetes en Madrid y Aranjuez. En un principio, la línea Madrid-Aranjuez fue considerada como un medio para el divertimento de la Corte, pero también sirvió para abastecer al mercado de Madrid de las frutas y hortalizas regadas por el río Tajo.

Desde que comenzó a funcionar el servicio de esta segunda línea peninsular, contó con gran aceptación entre la población, fundamentalmente por el envío de los productos de la huerta ribereña a Madrid, destacando la emblemática fresa, producto por excelencia del Real Sitio que da nombre al Tren.

Antes del camino de hierro Madrid-Aranjuez, el desplazamiento duraba alrededor de seis o siete horas, con una única diligencia al día de no más de veinte viajeros. Después hubo tres trenes diarios con capacidad de hasta 690 personas, con una duración de hora y media aproximadamente.