Un policía de Móstoles salva a un hombre de 70 años tras un infarto en la vía pública
Gracias a los vehículos dotados para atender a este tipo emergencias, los agentes estabilizaron al hombre hasta su traslado al hospital Rey Juan Carlos
Agentes de la Policía Municipal de Móstoles lograron salvar el pasado martes a un varón de 70 años que sufrió un infarto en plena vía pública, gracias a las maniobras de reanimación que consiguieron estabilizar al paciente hasta su traslado al hospital Rey Juan Carlos.
Los hechos ocurrieron el martes pasado en la calle Clavel, en el barrio de Los Rosales, cuando los agentes se vieron obligados a intervenir después de que un varón de 70 años sufriera un infarto en plena vía pública, según han señalado desde el Cuerpo local a través de sus redes sociales.
Gracias a la formación de los agentes en primeros auxilios y a que varios de los vehículos policiales están dotados con equipos desfibriladores externos semiautomáticos (DESA), lograron revertir la parada cardiorespiratoria y estabilizar al varón hasta la llegada de los facultativos.
Una vez estabilizado, el hombre fue trasladado por una UVI (Unidades de Vigilancia Intensiva) al Hospital Universitario Rey Juan Carlos, que se encuentra a escasos metros de la calle Clavel, en el mismo barrio de Los Rosales.
"Gracias a la formación en primeros auxilios, su coordinación y los medios con los que están dotados nuestros vehículos (DESA), el paciente pudo ser trasladado estable por una UVI al Hospital Rey Juan Carlos", han añadido desde la Policía Municipal, donde han informado sobre las maniobras de RCP.
El Ayuntamiento de Móstoles puso en marcha hace algunos años un Plan de Protección con la instalación de 30 nuevos desfibriladores automáticos en la ciudad, tanto en edificios y espacios públicos como en los vehículos patrulla de la Policía Municipal, con el objetivo de convertirse en ciudad cardioprotegida.
De esta manera, cada distrito municipal cuenta desde 2018 con, al menos, un vehículo patrulla de la Policía Municipal equipado con un desfibrilador externo semiautomático (DESA), aumentando de esta manera "la efectividad de respuesta ante un paro cardiaco", como ha ocurrido en el caso de este varón de 70 años.
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