Emilio Cid es un vecino del madrileño barrio de Campamento. En mayo de este año empezó a tener malestar general en el cuerpo, con fiebre y dolores de todo tipo en las piernas, espalda y cabeza.
El 15 de junio ingresó en el Hospital Clínico San Carlos tras acudir al servicio de urgencias y ser diagnosticado de anemia grave. Un día después, el 16 de junio, los médicos le informan de que tiene una infección muy grande en el pie izquierdo y que tienen que amputarlo urgentemente. La primera operación de una pesadilla que cumple ya varios meses.
En esa intervención, le amputan la pierna izquierda hasta la rodilla, pero el equipo médico observa que la infección está extendida y el 22 de junio deciden hacer una segunda operación de urgencia, amputándole la pierna a la altura del fémur sin lograr salvar la articulación de rodilla con el fin de controlar la infección antes de que se expanda más por el riego sanguíneo.
En total, Emilio, que padece diabetes, ha sido sometido a 4 operaciones en casi 2 meses, siendo tres de ellas de carácter urgente. Ha perdido 20 kilos, ha llegado a tener más de 100 grapas en su cuerpo y ha necesitado más de 20 litros de sangre transfundida para sobrevivir.
Afortunadamente, se encuentra en casa desde el pasado 10 de agosto. Pero después de meses sin trabajar y de afrontar varios gastos médicos, su familia pide ayuda para poder costear la pierna ortopédica que necesita Emilio para volver a caminar y rehacer su vida.
Su hija, Estefanía Cid, ha lanzado una campaña de micromecenazgo en la plataforma GoFundMe para recaudar los 6.000 euros que cuesta la prótesis de pierna que necesita su padre.
La campaña nació hace tres días, el 15 de agosto, y desde entonces ha logrado reunir más de 1.100 euros. Emilio lleva toda la vida trabajando en la obra y cumplió 51 años el 26 de julio, durante su estancia en el hospital.
"Mi padre jamás ha llorado delante de nadie ni le ha dicho a nadie si estaba triste y por primera vez en su vida estamos viendo esa parte vulnerable que no conocíamos. Se emociona cuando habla con la gente", cuenta Estefanía Cid a Telemadrid.es.
Para su padre, conseguir una prótesis es de vital importancia no solo para recuperar movilidad y volver a llevar una vida activa, sino para recuperarse psicológicamente de todo lo sufrido en tan poco tiempo. Viven en un primero, pero en un edificio sin ascensor y ahora mismo a penas puede moverse dentro de casa.
"El otro día me envió un mensaje diciendo que gracias a nosotros se puede salir de cualquier cosa. Para él, era impensable que después de esto hubiese esperanza. Está conociendo una parte de la vida que para él era impensable", añade la creadora de la campaña.
Le extirpan el estómago y dos vértebras
Pero la cosa no quedó ahí. Tras la amputación de la pierna izquierda, Emilio es ingresado en la UCI y durante los días posteriores empieza a notar molestias en el estómago y a vomitar todo lo que come y bebe. Tras varias pruebas, un TAC de urgencia y una colonoscopia, los médicos detectan el 6 de julio que hay una bacteria que ha infectado gran parte del estómago.
Lo que en principio sería una intervención para extraer la zona afectada terminó con la extirpación del estómago entero y la unión del esófago con los intestinos al encontrar el equipo médico que estaba completamente necrosado.
A raíz de esta operación vive a base de purés, caldos y comida triturada. Con la esperanza de salir adelante, un nuevo revés sacude de nuevo a la familia y Emilio comienza a tener dolores muy fuertes en la espalda que le hacen llorar y gritar de dolor, tal y como nos cuenta su hija de 25 años.
Otra bacteria le había provocado una infección en la columna vertebral. Las vértebras 5 y 6 tenían que ser extirpadas ya que era imposible salvarlas limpiando la infección.
"Sólo pedimos ayuda para la prótesis"
Esa intervención llegó 4 semanas después de lo esperado, el 5 de agosto. Las 40 grapas que le habían puesto en la zona abdominal impedían operarle de la espalda, ya que los médicos necesitaban que su cuerpo estuviese tumbado boca abajo. Semanas de espera en las que el resto de recuperaciones se ralentizaron y los dolores y la ansiedad crecían.
"La bacteria le comió las vértebras", cuenta Estefanía. "El médico nos dijo que éramos afortunados de que se haya detectado rápido y de que la infección se hubiese movido hacia la espalda y no hacia el corazón, lo que habría sido mortal", añade.
Emilio necesita una prótesis de calidad que le garantice la estabilidad del cuerpo porque "al ser diabético corremos el riesgo de que en la otra pierna le pase lo mismo", lamenta su hija.
El último mensaje que lanza Estefanía es claro. "Sólo pedimos ayuda para la prótesis. Los gastos en movilidad, psicólogos y rehabilitación veremos cómo los afrontamos".