A simple vista, parece una urbanización de nueva obra de Villaverde. No le faltan lujos: pista de tenis, piscina, gimnasio, parque para niños… Podría parecer el lugar perfecto para vivir en familia, pero no lo es. Ni de lejos. La palabra que eligen sus inquilinos para describirlo es "infierno". Y los balazos dan fe de ello.
Por la noche, se transforma, y los vecinos tienen que soportar reyertas con disparos, que han dejado una marca en los cristales del gimnasio. También fiestas a altas horas de la noche: “Están 72 horas sin parar con la música a tope, viene la policía”, cuentan, añadiendo que ya tienen algunas denuncias, pero continúan.
Los vecinos también relatan que se ha conseguido echar a la gran mayoría de gente conflictiva, pero aún queda alguno, así que hay quien considera marcharse. Uno de los vecinos que fue testigo de los tiroteos declara que “fueron disparos hacia una puerta y se escuchó en todo el edificio”.