Los vecinos de Carabanchel Alto se oponen a la construcción de una nueva gasolinera situada a 30 metros del PAU, que consideran "innecesaria" y una "operación especulativa" ya que la nueva instalación de servicio se sitúa a dos, tres y cinco minutos de otras gasolineras ya existentes.
La Federación Regional de Asociaciones Vecinales y la asociación de Carabanchel Alto han alertado en un comunicado difundido este miércoles sobre la construcción de esta nueva gasolinera cuyas obras han empezado durante este mes de enero en la intersección de las calles Reus y Secoya.
Denuncian que aunque el terreno forma parte del polígono industrial de Aguacate está situado junto a un supermercado de referencia y en un tramo de gran tránsito de viandantes y además a 22 metros están las viviendas del PAU y a 30 metros una parcela que según los vecinos tiene uso educativo para que en un futuro se instalar centros de primaria y secundaria.
Los vecinos denuncian además secretismo: "todo el proceso ha sido llevado con la máxima discreción por parte de los promotores, evitando informar a las empresas y vecinos colindantes mediante cartelería (...) , que debían haber colocado en la parcela para informar de la solicitud de la licencia. Por el momento, tampoco han colocado el preceptivo cartel informativo de las obras", aseguran.
Los vecinos aseguran que ésta es una "operación comercial simplemente especulativa" que antepone "la libertad de mercado muy por delante del bienestar de la vecindad de la zona" y anuncian movilizaciones "con la intención de paralizar la obra y que las administraciones responsables den las explicaciones oportunas".
"Mientras todos los esfuerzos públicos deberían ir en el camino de la reducción del consumo de este tipo de combustibles, nuestras administraciones, local y regional, siguen favoreciendo la implantación desregulada de surtidores en los barrios de la periferia, evitando legislar sobre las distancias de este tipo de instalaciones a las viviendas y los equipamientos públicos", ha criticado el colectivo.