Vecinos y ecologistas, en pie de guerra por la construcción de 1.000 viviendas en la Dehesa de Montegancedo
- Solicitan la paralización de las obras de la urbanización y las talas del bosque
- En junio se inició la tala de decenas encinas y pinos, la eliminación del matorral y movimientos de tierra para crear grandes explanaciones y las futuras calles del complejo de lujo
La Dehesa de Montegancedo es un bosque mediterráneo de gran riqueza de flora y fauna. El proyecto de construcción de una urbanización, más de 1.000 viviendas, en la zona tiene en pie de guerra a ecologistas y vecinos de Pozuelo de Alarcón, que hoy se han concentrado ante el Ayuntamiento. Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid ya ha solicitado la paralización cautelar de las obras de urbanización y las talas del bosque.
Según ha indicado la organización en un comunicado, se trata de la segunda vez que presentan un recurso, después de que en 2002 se aprobase el actual Plan General de Ordenación Urbana, con el que esta zona pasó a reclasificarse como suelo urbano.
A pesar de ello, el pasado mes de abril, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón aprobó el proyecto de urbanización, por lo que los propietarios del suelo, las compañías mercantiles Aedas Homes Opco, S. L. U. y Promociones y Construcciones PYC, Pryconsa, S. A., han iniciado su desarrollo para construir 1050 viviendas, en concreto, 900 colectivas y 150 unifamiliares.
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Según Ecologistas en Acción, en la segunda semana del mes de junio, en plena época de cría, la más sensible para la fauna, vallaron el perímetro de Montegancedo y comenzó la tala de decenas encinas y pinos, la eliminación del matorral y movimientos de tierra para crear grandes explanaciones y las futuras calles del complejo de lujo.
Montegancedo o Dehesa de Montegancedo, localizado al suroeste del municipio, entre la M-40 y las urbanizaciones La Cabaña y Montepríncipe, es uno de los escasos enclaves que aún no se han urbanizado en Pozuelo de Alarcón.
La petición de la organización se basa en el riesgo de que se lleve a cabo un daño irreparable para el medio ambiente y el entorno paisajístico, así como en la falta de evaluación ambiental previa.
