Venta Marcelino, un siglo de hostelería de mucha altura en Madrid
- Situada en el Puerto de Los Cotos es parada de quienes acuden a las cumbres más altas de la Sierra de Guadarrama
- Famosos son sus menús y sus caldos, pero también sus webcams y la estación meteorológica
Fue en 1924 cuando don Marcelino decidió abrir en pleno Puerto de Los Cotos, junto a la carretera de Segovia, un ventorro que ha llegado hasta hoy mucho más grande, ampliado y renovado.
Venta Marcelino no sólo es un célebre establecimiento con una reconocida carta de productos y guisos serranos. Con su menú Peñalara y su terraza reparadora en verano o su chimenea reconfortante en invierno, es parada obligada de montañeros, senderistas o visitantes del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
La historia de la venta está ligada a la transformación misma de este paisaje a 1.830 metros de altitud. El establecimiento ha visto transformarse el camino a Segovia en carretera ensanchada para hacer aparcamientos, ha sido testigo de la desaparición de las pistas de esquí de la solana de Valcotos, el actual entorno renaturalizado tras desmantelar los remontes. Casi 100 años han valido para comprobar que de aquellas históricas nevadas a las actuales hay mucho menos espesor.
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La prolongación del 'Eléctrico del Guadarrama', el tren que parte de Cercedilla y finaliza en Los Cotos, resultó fundamental para la popularización de esta parte de la Sierra. El tren trajo más visitas y más clientes para la venta. Y aunque los autobuses y autocares se han convertido en un medio más de alcanzar la alta montaña, el tren sigue siendo el elegido por muchos...siempre que funcione.
Con el paso del tiempo la Venta Marcelino ha ido añadiendo valor a su marca. Dar de comer y beber, e incluso refugio, sigue siendo su actividad principal. Pero la incorporación de la tecnología ha ampliado su presencia más allá de la Sierra de Guadarrama.
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Su estación meteorológica, bastante completa, se puede consultar a través de la web (ventamarcelino.com) para saber datos de precipitación, humedad, viento, temperatura y sensación térmica. Con estos datos, uno se puede hacer a la idea de las condiciones y evaluar si subir o no subir al puerto y, en caso de hacerlo, cómo equiparse.
Para completar la información, la venta tiene en su web varias cámaras que muestran las vistas hacia el norte, el oeste, el sur y el sureste. Así, si la niebla o la oscuridad no lo impiden, podemos ver el estado del puerto, de la calzada y el aparcamiento. Y también ver el inicio del camino de subida al Mirador de la Gitana, el depósito y a las cumbres de Peñalara o contemplar las Cabezas de Hierro y parte de la Cuerda Larga.
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La web enlaza con las cámaras de la DGT lo cual resulta muy útil para saber cómo se encuentra la M-601, la carretera de subida al Puerto de Los Cotos. ¿Qué pensaría don Marcelino, un siglo después, de todo esto que empezó siendo poco más que un barracón para ofrecer vinos y refrescos?.
