La cadena de cafeterías y pastelerías madrileña Viena Capellanes ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a un máximo de 280 personas de las cerca de 600 que tiene en plantilla.
Según han anunciado sus directivos este lunes, detrás de este recorte de personal se encuentra el "fuerte impacto del teletrabajo y las medidas de flexibilización de jornada" adoptadas por las empresas, lo que conlleva cambios de hábitos que perjudican sus ventas.
El procedimiento, que se abre ahora y afecta a tres divisiones del grupo, será negociado con los sindicatos "para garantizar la viabilidad futura" de una compañía controlada por la familia Lence desde hace más de un siglo.
Viena Capellanes está especializada en platos preparados y una parte relevante de sus clientes son empleados de oficinas que compraban comida para llevar.
Actualmente contaba con 22 locales en Madrid, a lo que sumaba una división de "catering", una escuela de cocina y repostería, una tienda "online" y los llamados "córner Viena", puntos de venta implantados en grandes empresas de la Comunidad de Madrid.
"El mundo ha cambiado y con él nuestros clientes. Aunque esperábamos que las medidas de teletrabajo y flexibilización de jornada de la pandemia fueran desapareciendo poco a poco, no sólo no han desaparecido sino que se han hecho permanentes", ha explicado en un comunicado su director general, Antonio Lence.
Estos cambios han provocado el cierre de una decena de "córners" y reducen el número de clientes en el entorno de varios de sus establecimientos, localizados estratégicamente cerca de oficinas públicas y privadas.
La familia Lence -que adquirió Viena Capellanes a su fundador, Matías Lacasa, hace más de 100 años- ha calificado la decisión de "especialmente dolorosa" y ha subrayado que se trata de una medida inevitable enmarcada dentro de su "lucha por sobrevivir".