'Y volarás', la historia del premiado vino de Arganda que comenzó con una desgracia

Hace casi dos décadas un viticultor y un enólogo se confabularon en Arganda del Rey para intentar casi lo imposible. Producir vino de la variedad syrah en un suelo que no era el mejor, en un ambiente que no era el mejor y ante las reticencias de otros.

Cipriano Guillén y haJaime Álvarezn cosechado esta semana la Medalla de Oro de la Federación Española de Enología. Y no es la primera vez, porque con la primera añada de Y volarás ya consiguieron el mismo reconocimiento. Pero esta segunda medalla de oro tiene algo especial. La DANA de 2019.

A 48 horas de comenzar la cosecha de ese año, se abatió sobre el sureste de Madrid una serie de lluvias torrenciales y fríos excepcionales. En muy poco tiempo Cipriano y el resto de su familia y trabajadores de la cooperativa tuvieron que recoger lo que el aguacero y el pedrisco no habían destrozado.

Una carrera contra el reloj para salvar las uvas de syrah. Cipriano lo recuerda con emoción, como algo dramático. Se estaban jugando no sólo la producción anual sino el trabajo de 18 años.

De aquel sufrimiento, dice, y del trabajo posterior ha llegado este premio que sabe especialmente bien en la Cooperativa Vinícola de Arganda.

Y resulta especialmente gratificante, aseguran, porque la syrah recomendada y cuidada por el enólogo Álvarez se reduce a solo 6.500 cepas. Y no busquen muchas más en todo Arganda del Rey. Son 3 hectáreas aquí y alguna menos en otra finca.

Las dos medallas de oro otorgadas por los enólogos españoles a este vino elaborado en Arganda del Rey han animado a Cipriano a volver a plantar cepas de syrah, después de 18 años.

Una buena manera de recordar que la DANA de 2019 no pudo con la cooperativa argandeña y su apuesta por una uva que, lejos de fracasar, ha sido un auténtico éxito.