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Luis A.A., acusado junto a otras tres personas de quedarse con 3 millones de euros de la Lotería, se ha quejado en el juicio de que el del anuncio de la Lotería de Navidad sea "un ejemplo para toda España" y él esté en el banquillo de los acusados por hacer lo mismo.

Estas Navidades, el anuncio del Sorteo Extraordinario de la Navidad relataba como el dueño de un bar guarda uno de los décimos premiados a Manuel, un parroquiano al que entregará el boleto pese a que ese año no lo había jugado por problemas económicos.

"Eso hice yo y encima ni me pagaron el café ni el décimo. Yo regalé 10 millones de euros y me parece increíble que esté aquí sentado". Así de rotundo se ha mostrado el procesado, dueño del bar donde los clientes jugaban el número premiado, durante su declaración en la primera sesión del juicio que se celebra contra él y otras tres personas por delitos de apropiación indebida y alzamiento de bienes.

El fiscal pide seis años de prisión para cada uno de los acusados, a quienes se imputa el hecho de no repartir el dinero entre diez personas que jugaban desde hace diez años ese mismo número. Los afectados iniciaron un proceso judicial y en 2009 un juzgado les dio razón y obligó a los procesados a abonar la parte que correspondía a cada uno, pero ya se lo habían gastado.

En la fase de cuestiones previas, los abogados de los acusados han alegado que los delitos que se habrían cometido en agosto de 2002 están prescritos, dado que el plazo de prescripción del tipo general es de cinco años. La fiscal se ha opuesto a este extremo, destacando que se está ante un tipo básico y no agravado.

El primero en contar su versión ha sido Luis A.A., dueño de un bar situado en Tetuán donde muchos de los clientes, amigos entre ellos, jugaban desde hace diez años al número 49.032. Según su relato, muchos de los clientes "normalmente" no abonaban el dinero de los décimos e incluso a veces ni iban a por ellos, por ejemplo durante las vacaciones de verano.

El 10 de agosto de 2002, el citado número resultó premiado con casi tres millones de euros. Contaban con dos series del número premiado, cada una de las series con 10 décimos. Cada décimo estaba premiado en 60.000 euros, siendo entregados por los que participaban. Sin embargo, lo que no repartieron fueron los 3 millones que tocaron con el Premio Especial de una de las series.

El procesado ha explicado que Pilar O.G., una de las acusadas, era "la dueña de la serie" y no tenía que compartirla con nadie. "Esa dueña tenía acuerdos de reparto en el caso de que resultara premiado con el Premio Especial. Dijimos la mitad para nosotros y el resto para ella", ha especificado.

A preguntas sobre la cuestión, ha destacado que lo extraño es "dar décimos a gente que no había pagado". "Hay gente que en verano dejaban de jugar y no pagaban el décimo. Y luego volvían y seguían jugando", ha dicho.

Por su parte, Pilar ha reconocido que hubo acuerdos entre los acusados de repartir el dinero si era premiado con el Premio Especial, pero no con los denunciantes.

Según el fiscal, los procesados estaban abonados y jugaban cada semana, desde el año 1996, al número 49.032, junto con otras diez personas más. Así, el 10 de agosto de 2002 el citado número resultó premiado con casi tres millones de euros, y Pilar O. G. se puso en contacto con los otros tres acusados para cobrar íntegramente la cantidad, burlándole el premio al resto de participantes.