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Los cinco miembros del grupo anarquista Straight Edge, desarticulado en Madrid y al que se le atribuyen varios ataques con artefactos incendiarios, tenía planeado seguir con este tipo de acciones contra sucursales bancarias y centros comerciales.

Así lo han manifestado hoy los responsables de la investigación en una rueda de prensa en la que han intervenido también el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y el jefe superior de este cuerpo en Madrid, Alfonso Fernández Díez, para explicar los detalles de la operación Ice.

Se trata de cuatro hombres y una mujer, de entre 19 y 25 años, todos ellos de nacionalidad española aunque tres tienen origen latinoamericano, y están acusados de atentar contra cuatro sucursales bancarias de Madrid, otra de Barcelona y un centro comercial de la Ciudad Condal.

En los seis registros practicados en los domicilios de los arrestados, algunos de ellos en la zona de Aravaca de la capital y otros en Las Matas, los agentes de la Brigada Provincial de Información se han incautado de material para fabricar artefactos, como tornillería y mechas, manuales para elaborarlos y documentación.

Precisamente, esta documentación intervenida a los detenidos, miembros del grupo Straight Edge, constata, a juicio de los investigadores, su relación con la banda terrorista Grupos Anarquistas Coordinados (GAC), autora, entre otras acciones, de las bombas colocadas en la Basílica de El Pilar (Zaragoza) y la catedral de La Almudena (Madrid).

Los detenidos están acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal con fines terroristas, daños y apología del terrorismo. En este último caso, por haber colgado, entre otras cosas, tres vídeos en las redes sociales en las que defendían los ataques e instaban a llevar a cabo otros, según fuentes de la investigación.

Uno de los objetivos de este grupo fue precisamente una sucursal bancaria próxima a la vivienda del cabecilla, en la que además tenían una cuenta corriente para ingresar las cuotas que pagaban, una de las formas de financiarse junto con conciertos, venta de camisetas o de material discográfico. Aunque este tipo de grupos anarquistas-insurreccionistas no tienen generalmente líderes, el desarticulado ahora había "traicionado" esos principios y contaba con un cabecilla, de 25 años, un "líder absoluto que se presentaba como el inspirador del movimiento y con modos dictatoriales.

Los Straight Edge tienen su origen en los años 60 en Estados Unidos como un movimiento musical punk que se fue extendiendo a Latinoamérica y que llegó a España ya en una derivación radical. El grupo está formado por entre 20 y 25 personas, aunque sólo han sido detenidas estas cinco, si bien no se descartan más arrestos porque la investigación sigue abierta, han señalado los responsables de la operación.

Como se ha podido comprobar en el material incautado, los miembros del grupo comulgan con el movimiento vegano, de moda en algunos grupos radicales que, incluso, llegan a atacar camiones cargados de carne. Desde 2012 la Policía ha detenido en Madrid a 29 personas vinculadas con el terrorismo anarquista, según Ignacio Cosidó, lo que demuestra, a su juicio, que esta amenaza es anarco-insurreccionista es "real".

Y aunque la prioridad de la Policía es combatir el terrorismo yihadista, las actividades de estos grupos anarquistas también preocupan a las fuerzas de seguridad, que no solo han comprobado sus conexiones internacionales con radicales de Italia y Grecia, sino también con los de países de Sudamérica.

Una parte importante de estos grupos son desestructurados, lo que dificulta la investigación, así como establecer las relaciones entre sus numerosas facciones y siglas.

Gracias a la acción "constante y persistente" de las fuerzas de seguridad y de la Justicia, esta amenaza está siendo "neutralizada", ha dicho Cosidó antes de felicitar a la Brigada madrileña de Información por esta "brillante" operación.

El jefe superior, por su parte, ha valorado el trabajo de otros grupos policiales para la prevención de la "guerrilla urbana" y ha resaltado que los detenidos tenían como objetivo también a las fuerzas de seguridad, a las que amenazaba a través de sus medios de comunicación.