Búnker de la Guerra Civil del Retiro | TELEMADRID
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Se encuentra en pleno parque de El Retiro y a partir del 2022 se podrá visitar. Es un refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil, que en la posguerra fue utilizado para el cultivo de champiñones por sus condiciones de escasa luz y abundante humedad. Hasta hace poco era empleado como almacén para los servicios del jardín.

El Ayuntamiento de Madrid lo va a incluir, el próximo año, en los programas 'Pasea Madrid' y 'Madrid, otra mirada'.

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El director general de Patrimonio Cultural del Consistorio, Luis Lafuente, ha explicado, a raíz de una pregunta del PSOE en la comisión de Cultura, Turismo y Deporte, que el estado de conservación general del refugio es bastante bueno.

El actual gobierno municipal realizó, desde el área de Medio Ambiente, siguiendo instrucciones de la comisión local de Patrimonio Histórico, una limpieza general, una adecuación de los espacios, una intervención para dotar el espacio de instalación eléctrica y colocación de cerramientos seguros de las estructuras descubiertas.

Lafuente ha explicado que en 2016 se realizó un levantamiento topográfico, y un año después se realizó un estudio arqueológico que incluía la limpieza del sitio y el control de movimientos de tierra. "En este momento se está procediendo a transferir la gestión del sitio y la difusión al área de Cultura, que la asumiremos en estos días", ha señalado.

La construcción del búnker fue iniciada en 1936 y terminada en 1938. De los informes arqueológicos se deduce, según Lafuente, que el refugio tenía forma de galería, lo que respondía al modelo típico de refugio de la Guerra Civil. Fue construido para la población civil, para que los madrileños pudieran refugiarse y, por tanto, no tenía armamento para la defensa. Tenía un aforo aproximado de 275 personas.

Se encuentra oculto al exterior y contaba con tres entradas: dos en el parque y una en la calle de Menéndez Pelayo. Los pasillos del refugio eran de 1,10 a 1,15 metros de ancho y de 1,60 a 2,48 metros de alto; las galerías eran rectas y cada 25 metros se quebraban en un ángulo de 90 grados para evitar que las ondas expansivas llegasen a más gente.

El director general de Patrimonio Cultural ha dicho que todavía queda "redactar un plan de evacuación y de medidas de seguridad contra incendios y llevarlo a la práctica", lo que indicaría también el aforo máximo de visitas que puede tener el búnker y "la circulación de los visitantes, y los instrumentos de seguridad necesarios para poder desarrollar esta actividad de difusión". Este informe se encargará después de verano.

El Ayuntamiento espera que esté "todo listo" para que el año que viene este refugio pueda ser incluido como novedad del programa 'Pasea Madrid' y más adelante en el de 'Madrid, Otra Mirada'. Y no descarta otro tipo de actividades culturales de difusión acerca de las fortificaciones de la Guerra Civil de la ciudad.

Según ha explicado Lafuente, en referencia a la ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, se deben considerar como Bienes de Interés Patrimonial (BIP), y por tanto gozan de la misma protección que estos, todas las fortificaciones de la Guerra Civil ubicadas en la región. Por tanto este refugio se debe considerar como un BIP.