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Los vehículos más contaminantes, es decir los diésel anteriores a 2006 y gasolina de antes del 2000, que carecen de distintivo ambiental, no podrán acceder al centro de Madrid desde noviembre, ya que, al contrario del resto de vehículos de no residentes, tendrán prohibido estacionar en los aparcamientos.

Esta es una de las medidas de Madrid Central, un espacio de 472 hectáreas -el doble que las actuales áreas de prioridad residencial- por la que sólo podrán circular los residentes y sus invitados (20 al mes), el transporte público, vehículos industriales y de reparto con permiso y los vehículos cero emisiones.

Madrid Central comprenderá las calles de Alberto Aguilera, glorieta de Ruiz Jiménez, Carranza, glorieta de Bilbao, Sagasta, plaza de Alonso Martínez, Génova, Colón, Paseo de Recoletos, plaza de Cibeles, Paseo del Prado, Cánovas del Castillo (Neptuno), Paseo del Prado, paseo del Emperador Carlos V, Ronda de Atocha, Ronda de Valencia, glorieta de Embajadores, ronda de Toledo, Puerta de Toledo, Ronda de Segovia, Cuesta de la Vega, Calle Mayor, Calle Bailén, Plaza de España, calle Princesa y calle Serrano Jover.

Los empadronados en Centro podrán circular sin restricciones hasta 2025, cuando los coches sin distintivo se vetarán de forma definitiva, a excepción de los históricos.

Por el momento, está en "discusión" la capacidad de acceso de los coches con distintivo ECO, que según el borrador de Madrid Central pueden entrar y aparcar en el estacionamiento regulado, pero que depende de la redacción final de la nueva ordenanza de movilidad.

Además, a partir de 2020 no podrán acceder a Madrid Central los invitados, dueños de garaje, vehículos ligeros de reparto o carsharing sin distintivo ambiental, una restricción que llegará también a los permisos por movilidad reducida en 2025, con la excepción de que estos vehículos tengan adaptación.

La delegada de Medio Ambiente y Movilidad de la capital, Inés Sabanés, el concejal presidente del distrito de Centro, Jorge García Castaño y el edil socialista Chema Dávila han presentado hoy la implementación de Madrid Central, que entrará en vigor en noviembre y en la que durante "mínimo dos meses" se darán avisos por las infracciones pero no se multará. Estos dos primeros meses serán "de aviso y no multa". "Queremos evaluar si todo el sistema funciona y si es necesario hacer una corrección. Dos meses de avisos y a partir de ahí que lo conozca todo el mundo y entre el régimen sancionador", ha detallado Sabanés.

UN 40% MENOS DE EMISIONES DE DIOXIDO DE NITRÓGENO

Madrid Central pretende reducir un 40 por ciento las emisiones de dióxido de nitrógeno, además de eliminar un total del 20 por ciento de tráfico de paso, lo que unido al resto de medidas supondrá una reducción del 37 por ciento en los kilómetros recorridos en el distrito.

Dávila ha detallado que el Consistorio iniciará una campaña para dar a conocer Madrid Central, se instalarán pantallas a la entrada a este área donde se informará en tiempo real de las plazas de aparcamiento y se buscará integrar estas limitaciones en los navegadores para que no haya despistes, además de crear una aplicación.

Esta semana se prevé que el Consistorio finalice la conversión de todas las plazas del centro en verdes, de residentes, y durante el verano se instalarán las señales, tanto horizontales como verticales, que marcarán el perímetro de Madrid Central.

Madrid Central servirá de "palanca de cambio para el modelo de movilidad", reducirá las sanciones al ser "más intuitivo" y eliminará las entradas "no deseadas", además de permitir mejorar la salud de los madrileños, el espacio público y la calidad de vida, ha subrayado Sabanés.

Por su parte, García Castaño, ha señalado que Madrid Central se enmarca en un conjunto de medidas para "pelear" porque los cerca de 190.000 vecinos del distrito Centro "sigan viviendo y vivan" cada mejor en un espacio donde se proteja el uso residenciales, haya equipamientos de proximidad y se amplíe espacio peatonal.

Madrid Central, un "hito" de la legislatura según los concejales, contará también con un "componente de flexibilidad" y se sigue negociando con el tejido empresarial, para dar cabida a posibles nuevas excepciones como trabajadores nocturnos que no cuenten con transporte público para regresar a sus casas.