En el adinerado barrio de 'El Viso', a escasos metros del paseo de la Castellana, hay una casa donde varias misioneras viven desde 1994. El edificio fue vendido por el arzobispado de Oviedo en 2016 a una empresa. Las religiosas no se marcharon y se convirtieron en "okupas". Hace una semana la empresa propietaria ha dado de baja el suministro de luz.
"Seguimos aquí porque es nuestra propiedad, nuestra casa, y es donde hacemos nuestra misión y labor", asegura María Victoria, la misionera encargada de este chalet que era de la asociación católica Lumen Dei, pero que fue vendido en 2016 a una empresa por parte del el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz.
Según las religiosas, desde entonces, la empresa y el monseñor Sanz intentan echarlas, pero ellas sostienen que esta casa no es propiedad de la iglesia, sino del sector al que pertenecen en Lumen Dei, asociación que aseguran que se dividió en 2014 y por lo que piden la nulidad de la compraventa que se produjo dos años más tarde.
Actualmente viven allí 9 personas, algunas enfermas o muy mayores, que atienden a 539 familias (un millar de personas) dándoles dos veces por semana alimentos y otros productos básicos pero, desde que se cortó la luz hace una semana, se han perdido ya unos 1.000 kilogramos de comida, ya que los electrodomésticos no funcionan a causa del corte de luz.
Algo con lo que, según el abogado de Lumen Dei, Salvador Morillas, no tiene nada que ver la asociación religiosa, ya que sostiene que estas personas dimitieron de Lumen Dei en 2014 pero se quedaron viviendo en algunas de sus propiedades.
"Los compradores quieren obtener su casa y ellas se niegan a irse y dicen que es suya, pero el propietario real era Lumen Dei, no ellas", insiste Morillas, que niega que el monseñor Sanz tenga nada que ver con los cortes de luz y asegura que este hombre "no ha desahuciado a nadie", ya que el desahucio de las 9 religiosas lo inició el comprador y ahora está pendiente de que se resuelvan los pleitos civiles.