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Más de 1.500 personas han participado hoy en la primera carrera solidaria por los huérfanos de la violencia de género, una iniciativa con la que se ha querido visibilizar el desamparo de esos niños que pierden a sus madres y la falta de ayudas destinadas a reparar el daño.

El objetivo de la carrera no ha sido sólo ayudar a financiar nuevas becas de apoyo a esos niños, a través del Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla, sino hacer público el apoyo social a esas familias que se hacen cargo de los menores, según ha explicado a Efe, Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, organizadora de la iniciativa.

"No puede ser que las víctimas de esta violencia de género, las más vulnerables, las que ven truncado su futuro por un crimen horrendo, no tengan garantizado su nivel de renta o que tengan que ver afectado su futuro por el crimen que no hemos podido evitar", ha lamentado.

Muchos de estos niños huérfanos van a vivir con sus abuelos tras el asesinato de sus madres, en hogares sostenidos por pensiones y sin que esas familias puedan acogerse a un protocolo de ayudas públicas específica por ser víctimas de violencia de género.

"Vemos por el contacto con las familias que se enfrentan a un auténtico laberinto judicial y de trámites que no son fáciles, y todo ello a costa de familias que han vivido una tragedia y que deben además enfrentarse a dificultades administrativas porque no hay protocolos", asegura.

La ausencia de ayudas origina que estas familias tampoco entren en ningún sistema de seguimiento y que sólo se detecten algunos de estos casos cuando "acuden a servicios sociales por problemas de pobreza".

"Estimamos que puede haber unas 500 familias desde la entrada en vigor de la ley (2004); no sabemos cuántos huérfanos son menores o mayores de edad porque hay estadísticas de maltrato machista desde 2013, pero no hay canales de localización de esas familias", ha añadido la responsable de la Fundación, encargada de gestionar las becas Fiscal Soledad Cazorla.

Estas becas apoyan situaciones como la de "una familia de abuelos, con una pensión bajita, que se ha quedado con los tres nietos y carece de ayudas para mandarles a la universidad", explica.

"La violencia de género no es sólo un daño para la vida, la salud y la seguridad de las mujeres que la sufren: también es un daño social que recae en todo el entorno familiar", recuerda Soleto, quien opina que "debe ser una responsabilidad compartida actuar con responsabilidad para reparar ese daño".

La carrera ha partido a las nueve de la mañana del paseo de la Castellana de Madrid y ha concluido en el paseo de Camoens, en el Parque del Oeste, en dos modalidades, una de cinco y otra de diez kilómetros.

Junto a los 1.500 corredores, se han recogido donaciones de "dorsal 0" o personas que no han corrido, pero que hacen su aportación y que permitirá cubrir al menos una beca completa de 2.000 euros.

El Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla dota de ayudas económicas a los huérfanos para desarrollar estudios universitarios o para el acceso a servicios de refuerzo educativo y psicológico.