Ocho detenidos de una banda dedicada a clonar tarjetas de crédito de ciudadanos norteamericanos

  • En una operación conjunta de la Policía Nacional con el Servicio Secreto de EE.UU.
La banca eleva un 7% las cuotas por  la tarjeta de débito y un 3% las crédito
La banca eleva un 7% las cuotas por la tarjeta de débito y un 3% las crédito |Telemadrid

Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con el Servicio Secreto de Estados Unidos, han desarticulado una organización criminal especializada en clonar tarjetas de crédito de ciudadanos estadounidenses para comprar 'a la carta' en comercios españoles. Según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid en un comunicado, el total de detenidos asciende a ocho, entre los cuales se encuentran los máximos responsables de la organización: una mujer con amplios conocimientos de informática y un varón encargado de contactar con las personas que realizaban las compras.

El grupo disponía de medios informáticos y electrónicos "muy sofisticados" para la falsificación de tarjetas de crédito y documentos de identidad en una vivienda localizada en Toledo. Los investigadores han esclarecido un fraude de más de 75.000 euros y han evitado la consumación de otro que se elevaba a 150.000 euros.

Las investigaciones comenzaron en enero de este año cuando los agentes tuvieron conocimiento de numerosas denuncias de ciudadanos estadounidenses en las que declaraban que se estaban realizando operaciones comerciales con sus tarjetas de crédito en territorio español. Algunos de estas personas argumentaban además que ni tan siquiera habían visitado nuestro país.

NUMERACIONES CONSEGUIDAS POR INTERNET

La investigación se centró en analizar la operativa fraudulenta y en localizar a los posibles autores. Así, se determinó que se trataba de un grupo organizado que se nutría de las numeraciones de tarjetas de crédito de bancos estadounidenses, las cuales conseguían a través de Internet.

De esta actividad se encargaba la presunta responsable del grupo, R.C.M., que utilizaba sus conocimientos en técnicas de 'hacking' para obtener de forma fraudulenta los datos de las tarjetas, que posteriormente plasmaban en soportes con banda magnética en blanco.

Una vez realizada esta tarea, otro miembro de la estructura con habilidades como falsificador, C.B., conseguía que estos soportes vírgenes manipulados fueran idénticos a los de tarjetas de entidades bancarias rumanas y españolas.

Igualmente, facilitaba a los encargados de realizar las compras en los establecimientos comerciales cartas de identidad y permisos de conducir rumanos con identidades ficticias.

Una vez que tenían en su poder las tarjetas y los documentos de identidad falsificados, el segundo responsable del grupo, C.D.B., contactaba con terceras personas para encargarles realizar compras concretas y de gran valor económico, ya fuera de material de construcción, equipos electrónicos, o informáticos entre otros.

A continuación otra escala inferior de miembros de la organización se ocupaban de realizar personalmente las compras en los establecimientos más propicios. Los miembros del grupo tomaban grandes medidas de seguridad, como rotar para realizar las compras y cambiar habitualmente de teléfonos.

OPERABAN DESDE UN CHALET DE TOLEDO

Una vez identificado a los miembros de la organización y su 'modus operandi', se procedió a la detención de todos ellos y a la práctica de cuatro registros domiciliarios. En la localidad de Magán (Toledo) se localizó el chalet donde residían los cabecillas y donde tenían instalados los equipos informáticos y las herramientas de falsificación de los que se servían para clonar las tarjetas y falsificar las cartas de identidad.

En total se imputa a los ocho detenidos un total de 265 delitos de uso fraudulento de tarjetas de crédito, falsedad documental y pertenencia a organización criminal y de otros 279 delitos de uso fraudulento de uso de tarjeta de crédito en grado de tentativa.

Por su parte el Servicio Secreto de los Estados Unidos, que tiene las competencias en lo que se refiere a delitos económicos en suelo estadounidense, ha localizado a los ciudadanos americanos víctimas de la estructura ahora desmantelada.

La operación ha sido llevada a cabo por el Grupo XX de la UDYCO, Delincuencia Económica Madrid, dependiente de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, con la ayuda de los Grupos de Policía Judicial de las Comisarías de Distrito de Centro y Arganzuela, pertenecientes todos ellos a la Jefatura Superior de Policía de Madrid.