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En pleno proceso de renaturalización del Río Manzanares, el principal objetivo del ayuntamiento es equilibrar las especies autóctonas con las invasoras, como las carpas.

La sobrepoblación de carpas de los últimos años está hoy por hoy controlada.

Lo curioso es que pudo haber partido de un olvidado capítulo de la historia: un regalo de Hitler.

Fue el regalo de Hitler a Franco en 1944. Las carpas espejo crecieron y se reprodujeron en el estanque de la Reina. Muchas de ellas fueron a parar a una piscifactoría en el Manzanares.

Las presas de agua estancada se convirtieron en el hábitat perfecto para estas especies invasoras.

Un proceso que se revierte con el proyecto de renaturalización del Manzanares, que permite que especies autóctonas vuelvan a repoblar estas aguas que hasta ahora eran dominio de la carpa.