La Comisión para la Investigación de Malos Tratos, en colaboración con la FEMP y el Ayuntamiento de Móstoles, inauguraron una exposición realizada con dibujos de hijos de víctimas de violencia machista, "en los que expresan los terribles efectos que tiene para ellos ser testigos y víctimas de esta violencia", ha informado la organización.
Se trata de la primera ocasión en la que la exposición visita la capital y se podrá visitar en la Junta de Distrito Norte-Universidad de Móstoles (avenida Alcalde de Móstoles, 35) del 9 al 16 de septiembre.
La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, en colaboración con la FEMP y la Concejalía de Educación y Juventud del Ayuntamiento de Móstoles, trae por primera vez a la Comunidad de Madrid una exposición de dibujos creados por hijos e hijas de víctimas de violencia de género, en la que son los propios menores los que ilustran las situaciones de maltrato que han vivido.
Insultos, lágrimas, miedo, una imagen de un monstruo que grita "te voy a matar", comparaciones con animales salvajes como el gorila o el tigre ("Cuando dibujé a papá, que es una fiera, pinté una línea para proteger a mamá"), etcétera, que reflejan cómo viven los más pequeños la violencia machista en sus hogares.
En algunas ocasiones, sus madres aparecen reflejadas con la boca tapada, sin manos ni piernas, sin libertad. A sí mismos se dibujan pequeños ante un gigante "que no para de gritar", a veces encogidos, escondidos entre el decorado de la imagen.
Esta recopilación de dibujos forma parte del proyecto Intervención Psicosocial con Menores, una iniciativa que la Comisión arrancó en el año 2003 observando las necesidades de atención psicológica que presentaban aquellos niños y niñas que estaban siendo víctimas de maltrato físico, psicológico o sexual.
"Este trabajo nace con la idea de sensibilizar sobre los terribles efectos que la violencia tiene sobre los menores que la sufren, y que no se puede expresar con palabras. A través de sus trabajos queremos demostrar cómo ven ellos el proceso de violencia, haciéndoles protagonistas de su propia historia, de la mejor forma en que nos lo pueden contar", ha explicado Susana Martínez, presidenta de la comisión.
Las creadoras de este proyecto han desarrollado un manual en el que defienden los beneficios de la intervención profesional con menores víctimas de violencia de género. Explican que el trabajo no solo debe ser terapéutico, para paliar los efectos de esa violencia, sino también preventivo, para evitar que el modelo desigual de relaciones entre mujeres y hombres se reproduzca en el futuro.
"Los menores siguen siendo utilizados como armas arrojadizas contra sus madres y los derechos de custodia y visitas siguen siendo una suerte de derechos inalienables que prevalecen sobre el beneficio del menor", denuncian.