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El municipio de Ciempozuelos (Madrid) vive con consternación el impacto de haber perdido a dos de sus vecinos tras quedar abandonados once horas en una furgoneta. El pueblo llora la muerte de Jerónimo y Amancio. Los dos eran agricultores. Según el testimonio del conductor imputado, una llamada lo distrajo y provocó el olvido de los octogenarios. Asi lo ha reconocido ante el juez.

En una furgoneta para trasladar sillas de ruedas, fue donde pasaron muchas horas y fallecieron Jerónimo y Amancio, de 87 y 83 años. Los familiares de otros ancianos que viven o pasan el día en la residencia apoyan a los dueños del centro de mayores. "Es una desgracia evidentemente pero lo que ha pasado puede pasar en cualquier sitio. Yo personalmente no tengo queja ninguna de la residencia".

Luis Miguel, copropietario de la residencia ha reconocido los hechos y ha pedido perdón. "Es la desgracia más grande que he tenido en mi vida. No se si fue una llamada por teléfono o que me quede hablando con la encargada pero, una cosa tan tonta como esa y se me fue de la cabeza el que tenía a dos ancianos en la furgoneta".

"No te puedes ni imginar lo que se vive. No te haces una idea de lo que puedes pasar", confiesa compungido a los periodistas.

"Yo se que él, si se hubiera podido morir el, antes de hacer lo que ha hecho. Porque son buenísimas personas" dice una vecina de Ciempozuelos y esa parece ser la opinión generalizada en el municipio. La familia que lleva la residencia es muy conocida y su trabajo muy respetado. Dolor por la muerte d elos dos ancianos y tambien porque saben que Luis Miguel lo está pasando muy mal.

"Estamos asombrados de cómo se le pudo olvidar y tambien de la preocupación que tendrá el por lo que ha hecho".

Jerónimo vivía en esta casa, tenía alzheimer y había sido agricultor. Pasaba el día en la residencia desde hace tres años. Ninguna de las dos familias van a presentar denuncia contra Luis Miguel.